Capítulo 41. Escalofrío, España y dios santo.

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Capítulo 41

Taylor

Camino lentamente a mi cómoda casa, realmente no quiero entrar nunca más y encontrarme con mi hermana gemela, no lo sé, ahora que estamos mayores, pienso que somos muy distintas, a mi me interesa algo y a ella justo lo contrario. Todo lo que pasó con ella, de su ex novio, las malas compañías (de mi parte), me sorprendí mucho que Holly sea... Lesbiana, eso no cambió ni cambiará nada, seguimos siendo las mismas personas de siempre.

Cuando tenía seis años, pensé ingenuamente que nunca ni nada nos separaría, hasta pensé en casarnos el mismo día, que cuando fuéramos a la Universidad viviríamos juntas. Tontas ideas, sueños que nunca se cumplieron ni lo harán, Holly cuando se enteró que su ex novio la engañaba, me pidió perdón pero yo no acepté sus tontas disculpas, eso no cambia nada.

Me siento como una niña perdida, en busca del significado de la felicidad, el cual no creo encontrar nunca, mi alma inocente se fue para sacar el alma más oscura del mundo, ahora sólo quedan babosadas.

Sigo pensando en todo eso, cuando veo un joven, una chica con ropa negra, de espaldas, viendo una ventana de una casa, platicando en susurros al teléfono, asiente un par de veces y se da media vuelta, acelero el paso, me da mala espina, un escalofrío recorre mi cuerpo, no es que reconozca a la chica pero su mirada es aún más fría que la mía, asusta mucho.   

Aunque estoy corriendo, ella me alcanza, rayos, me toma de la mano, impidiéndome seguir corriendo, veo a mi alrededor... Está oscuro, no hay ni una sola alma perdida, ni se que hago aquí, a lo mejor por el miedo corrí a otra parte. 

Empecé a caminar porque Ruth me pidió que fuera a su casa, a entretenerla un rato, por eso estoy a punto de estar muerta, secuestrada, golpeada, lo que sea, por una chica que da miedo, como si fuera a propósito, empieza a llover.

--Taylor, un gusto verte, querida mía- Empieza a decir la chica esa en tono amenazador, cierro los ojos-. Te daré un consejo; cuidado a quien eliges como amigo, el que menos te lo imagines, es el asesino, pronto todos, poco a poco, se irán perdiendo, cayendo un si, tienes un mes para volver a ser la misma que antes, por si no te acuerdas, te diré: drogadicta, adicta a tener relaciones, rebelde, así por lo menos eras mejor. No le digas a nadie ¿Sí? No vuelvas a tu casa, si vuelves tendré que matar a tu hermosa y sexy hermana, nos vemos pronto, corazón.

Tras eso, se aleja muy rápido de mi vista, mi respiración se corta, mi mente está en blanco, siento nauseas, ganas de gritar y de llorar pero no me sale nada, lagrimas se sangre vienen a mi, me caigo de dé repente al suelo sucio, húmedo y frío, mi cabeza sangra y ya siento que muero...

(Dos días después)

Toda confundida, triste y cansada, me siento en el asiento del bus directo a España, ¿Dije Bus? Quise decir avión, ¿De donde saqué el dinero? Ni yo se, pero no importa, voy en dirección a la casa de Virginia, una amiga mía, hace casi dos años que no le veo ¿Por qué no ahora?

Holly

Se supone que Taylor llegaría a casa hace casi dos días eternos, preocupada, le llamé mil y un veces pero no contesta, sé que casi no tenemos conexión, bueno, que no nos llevamos muy bien por todo lo que pasó años atrás pero aún así, somos hermanas y me preocupo por ella.

Ya marqué a todos los antros, bares, amigo de ella de todo Paris y nada. No creo que sea una broma tonta, eso espero.

Taylor

Pido un taxi cuando llego a España y salgo del Aeropuerto, le doy la dirección, por suerte que yo hablo un poco de español España y que mi amiga sube fotos donde se ve que es la misma casa, en media hora llego al fin a una casa muy grande, por fuera color negro, con un hermoso pasto verde bien cuidado, pago al taxista con entusiasmo y me bajo.

Espera... Te quiero mucho. (Trilogía Espera #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora