Espera... Te quiero mucho. (Trilogía Espera #1)

Capítulo 47. Cumpleaños dieciocho

Capítulo 47 

Mariana

Al abrir los ojos y darme cuenta que es otro día gracias al reloj, me doy cuenta que ya tengo la mayoría de edad; dieciocho años. 

Desde hace varias semanas he organizado una fiesta, donde invitaré a todos mis amigos, no tendré gente que ni conozco sólo para quedar bien, sería algo sencillo pero con su esencia.

Corro abajo para desayunar, y veo a mis padres, lo cual me sorprende, ya que nunca están en casa, recuerdo que será porque es mi cumpleaños. 

Me felicitan y ponen un pastel frente a mi, me cantan, nos abrazamos y todo parece ser normal, hasta que el hechizo se rompe el encanto, cada quien vuelve a su mundo.

Intento desayunar el pastel y el café que tengo frente a mi pero se me hace casi imposible, al recordar que mis padres nunca han estado en casa desde hace demasiado tiempo.

Mis mejores amigos; Diana, Elena, Mario y Carter son como mis hermanos del alma, desde que los conocí en segundo de secundaria he confiado sólo en ellos.

Sonrío al recordar hace ya varios años, cuando Carter regaló a todos la pulsera...

Desde ese día confío más en ellos, y caigo en la cuenta de que hemos pasado tantas cosas juntos y siempre recordaré too, estoy segura, a pesar de que todos estemos viejos y puede que ni recordemos nuestros nombres, suspiro, pensando que tengo muchas que decirle a mis proximos hijos. 

Lo que me lleva a recordar que Elena tendrá un hijo, al principio no lo podía creer, hasta que empecé a reflexionar y me di cuenta que así es la vida a veces.

Luego de desayunar, mis padres se levantan y se sientan en el sillón grande, color negro.

Dudo si levantarme también pero al final lo hago, me siento en el sillón individual, veo el reloj fijo, dan las diez de la mañana.

—Te tenemos dos regalos- Mi padre anuncia, con su voz firme y severa.

—Son todos tuyos, te los mereces- Mi madre dice al tiempo que me da dos cajas. 

Observo con detenimiento las cajas, hay una más pequeña y otra grande, les sonrío a mis padres, antes de abrir la caja pequeña.

Mis ojos saltan al ver un hermoso collar de oro rosa, simple pero hermoso.

Me levento para abrazar a mis padres, sé que todo el trabajo lo hacen para darme siempre lo mejor que hay.

—Muchas gracias, son los mejores- Digo con entusiasmo, luego me vuelvo a sentar.

—Como ha dicho tu madre, te lo mereces- Mi padre responde, sonriendo para si-. Me alegro que te guste el collar, lo elegí yo.

Antes de abrir la caja grande le dedico una sonrisa y me encuentro con otra sorpresa; un bello vestido color celeste, corto adelante y largo atrás, tiene manga corta, aunque transparente, es tan bello.

Mi primer pensamiento es que tuvo que ser caro, aunque luego pienso que eso realmente no fue caro, no para mis padres.

—Todo está precioso, gracias por todo- Repito, agradecida, me levanto para volver a abrazarlos., Me pondré todo hoy, 

—Fue un placer, siempre lo es complacerte- Mi padre responde con firmeza, sonríe.

—Te verás perfecta, hija- Mi madre responde con suavidad y orgullo.

Hasta que dan las seis decido dejar de lado los preparativos para mi fiesta, para empezar a arreglarme, y poder estar lista. 

Una hora después empiezo a recibir a mis cincuenta invitados, aliso mi vestido nuevo y sonrío, me siento tan bella con este vestido.