|Quinta Parte|

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Luhan no quería despertar. Estaba durmiendo tan plácidamente que le gustaría nunca levantarse de la cama. Pero debía hacerlo porque su vejiga estallaría dentro de poco.

Se removió tratando de ponerse de pie cuando se dio cuenta de que Yifan estaba durmiendo sobre su cuerpo, aferrándose con fuerza a él.

No pudo quitárselo de encima por más que lo intentó. Incluso notó que el alto lo apretaba un poco más cada vez que hacia un movimiento.

-Quieto. -Gruñó el enmascarado.

-Tengo que ir al baño. -Murmuró el rubio.

-Rápido. -Soltó otro gruñido y lo dejo ir.

El chino se levantó con lentitud. Buscó su ropa con la mirada y no la encontró. En su lugar vio trozos de tela desgarrada. Miró a Yifan con cautela. Los ojos de éste analizaban cada uno de sus movimientos.

-¿Qué haré con mi ropa? -Preguntó en a penas un susurro.

-Usa la mía. -El tono que usó en esa ocasión fue cálido. Pudo jurar, que hasta tenía algo dulce.

Se inclinó con extremo cuidado. No quería hacer un movimiento en falso y que su trasero se revelará... Una vez más.

Se colocó la camiseta, uniendo cada botón con lentitud y sus manos temblando.

Cuando acabó estaba a punto de tomar sus pantalones, cuando la voz del alto lo detuvo:

-Así. Quédate así.

Tragó saliva y se apresuro a ir al cuarto de baño a hacer sus necesidades. Cuando terminó se lavó las manos y las secó. Echó una mirada a la puerta de su habitación. Yifan seguía en la cama. Al parecer se había vuelto a dormir.

Con pasos sigilosos caminó por el pasillo hacia las escaleras. Las bajó y su mirada se posó en el hueco que había creado el alto al salir del muro.

Sabía que estaba muy mal curiosear ese lugar y no huir directamente a la puerta para correr por su vida. Pero por alguna razón, decidió que sería mejor si investigaba un poco. Sólo un poco.

Entró en aquel agujero, cuidando que sus pies no tocaran algo raro, pegajoso o sospechozo.

Cuando sólo sintió el suelo liso, caminó a tientas. Vislumbró una luz, muy tenue. Se acercó y descubrió que era de una bombilla mal conectada y la ajustó. Se iluminó el resto de la habitación.

Era pequeña, con paredes rayadas con pintura oscura con cosas inentendibles. Una cama, con sábanas sucias y rotas. Sobre ésta estaba el conjunto de ropa que había desaparecido del baño. Tembló y abrió la boca sin soltar ni una palabra.

Había un buró desgastado al lado de la cama. Encima tenía una hoja de papel con algo escrito. Una carta.

La tomó rápidamente y la leyó:

"Querido Yifan...

Lamentamos decirte con mucha pena que llegó nuestra partida. Hemos estado contigo siempre, pero el dolor y la culpa por tu deformidad nos carcome.

Muy seguramente cuando leas esto, ya habremos muerto, y nuestros cuerpos yacerán en el fondo de un lago. No tardarán mucho en comunicarle a Luhan nuestro fallecimiento. Hemos dejado el testamento a tu nombre y de él.

Rogamos tu perdón.

El chico es tuyo. Ámalo y cuídalo como una joya delicada.

Puedo Verte (KrisHan) [EXO/Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora