Capítulo 5: ¿Puck?

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-Buenos días. -dije entrando a la habitación de Finn.
-Cinco minutitos más Rachel... -dijo Finn medio dormido aún.

Aproveché, cogí nata de la nevera y le puse en la mano. Le hice cosquillas en la nariz para que se rascara y ¡PUM! Natazo en toda la cara.

-¡Danielle Hudson! ¡Vuelve aquí ahora mismo! -gritaba Finn mientras corría detrás mía y yo huía de él.

-¡Eh niños que es lo que pasa! -gritaba mi madre mientras nos veía correr.

Finn tenía unas piernas gigantes así que a partir de cinco zancadas que dio, me alcanzó.

-¡Te tengo enana! -dijo bromeando.
-No me hagas daño, sólo ha sido una broma. -dije yo intentando retener mi risa.
Intenté escapar pero me agarró de la camiseta y me devolvió al sitio.
-De aquí no te mueves hasta que no haya venganza. -dijo Finn con cara asesina.
-Vamos Finn ha sido una broma. -dije yo.
Finn estalló en risas.
-¡Deberías haber visto tu cara! Estabas cagada. -dijo Finn riendo.
-Deberías haber visto tu la tuya tonto. -dije yo también riendo.
-¿Pero que ha pasado aquí? -dijo mi madre.
-Cosas de hermanos mamá. -dijo Finn.
-Como echaba de menos vuestras tonterías y el regañaros. -dijo mi madre abrazandonos a los dos.

Finn y yo chocamos el puño. Lo conseguimos, mamá volvía a estar feliz de nuevo.

Fuimos al instituto y nos encontramos con la persona innombrable. No, Voldemort no. Santana. Son parecidos, pero no.

-Vaya vaya pero si es Frankenteen y Hobbit 2. -dijo Santana.
-Rachel es la uno. -me susurró Finn.
Yo asenti.
-¿Acaso no te cansas de meterte con los demás? -le dije yo.
-No, la verdad es que no. Es bastante divertido. -dijo ella riendo.
-El día que te digan a ti algo lo pasarás mal, pero que muy mal. Y es ahí entonces cuando te acordaras de todas las personas a las que les has hecho daño. -dije yo.
-Santana López, alias "La zorra". -dijo una voz que se puso a mi lado.
-¿Boca trucha tú también estás de su parte? -dijo Santana.
-¿También eres ciega? -dijo Finn.
-Santana López, alias "La ciega". -dijo Sam de nuevo.
Finn chocó el puño con Sam.
Santana se largó de ahí indignada.
Yo sonreí a Sam.
Y el me la devolvió.

Al rato, vinieron Rachel y Quinn.

-¿Estáis bien? Hemos oído que habéis avergonzado a Santana. -dijo Rachel.
-Le hacía falta, se le están subiendo demasiado los humos y tampoco deseo que esté sola toda su vida. -dije yo.
-Bien hecho Dani. -dijo Quinn.
-Ha sido gracias a Finn y... Sam... -dije yo.
Sam me miró y sonrió. Yo me sonroje. Y Quinn me miró y río.
-¿De que te ríes Quinn? -le preguntó Finn.
-Oh nada, un chiste que me contó tu hermana ayer. -dijo Quinn.
-Cuentalo. Sabes que me encantan los chistes. -dijo Sam.
Sonó el timbre. Salvada por la campana.
-En otro momento Sam. -dijo Quinn.

Quinn y yo nos fuimos.

-¿Eres tonta no? Casi se da cuenta. -le dije yo.
-Tranquila, Sam siempre ha sido algo bobo. -dijo ella.
-No es bobo. -le dije.
-Pero bueno... si defiendes a tu amado. -dijo Quinn riendo.
-Ni le defiendo ni es mi amado y además aún sigo enfadada con el. -dije yo cruzandome de brazos.
-Ya claro... -dijo ella aguantando la risa.

Me despedí de Quinn ya que ella tenía Gimnasia y yo Literatura.

Mientras cogía mis siguientes libros en la taquilla, Puck se apoya en la de al lado.

-Hoy estás preciosa. -dijo Puck.
-¿En serio Puck? ¿Otra vez vamos a tener que pasar por lo mismo? -dije yo resoplando.
En realidad no le tenía rencor por lo de la otra vez, incluso me cae bien, porque sé que es su forma de ser.
-Venga vamos eres una de las chicas más buenas del Glee Club y aún no me he enrollado contigo. Te aseguro que no te arrepentirás. -dijo levantando la ceja.
-Madura Puckerman. -dijo una voz a mis espaldas.
-¿Qué haces tu aquí? ¿Acaso me sigues? -le dije a Sam.
-Pasaba por aquí. -dijo el.
-Muy bonito todo. Bueno y ¿qué me dices? -dijo Puck.
Miré a Sam. El sabía a lo que Puck se refería ya que es de lo único que suele hablar.
Con la mirada me dijo que no lo hiciera.
-Acepto. -dije finalmente.
-¿De verdad? -dijo Sam.
-Si, Evans. Quiere pasarlo bien. -dijo Puck rodeandome el hombro con el brazo.

Sam me miró por última vez y...

-Me has decepcionado, Danielle. -dijo Sam.
-Tú también a mi. -dije yo.
-Danielle ya te lo he intentado explicar pero no me escuchas. -dijo el.
-Chaval déjala, ahora está en terreno Puckerman. -dijo Puck.

Sam se fue y me quedé con Puck.

-¿Esta noche en mi casa? -dijo Puck.
-Esto... si claro. -dije aún pensando en lo ocurrido.

***

20:00 h de la tarde.

-Alto ahí. Control de alcoholemia. ¿A donde vas? -dijo Finn sentado en el salón al verme salir.
-A casa de Quinn. -dije yo.
-Está bien. Circule. -dijo Finn haciendo un gesto con la mano.

Fui a casa de Puck.

《TOC TOC》

-¿Preparada muñeca? -dijo Puck sensualmente.
Entré y subimos a su habitación.
Puck me tumbó en la cama y se puso a mi lado. Me empezó a besar, y yo le seguí, pero...

-Esto... Puck creo que debería irme ya. -dije separandolo suavemente.
-¿Tan pronto? -dijo el.
-Esto... si. -dije yo.
-Sólo un poquito más. -dijo Puck volviendome a besar.
Lo volví a separar.
-Puck esto no está bien. -dije yo.
-¿Por qué? ¿Es qué no te ha gustado la magia de un Puckerman? -dijo el con cara de pena.
-No, no es eso sólo que mi familia me estará esperando. Te veo mañana ¿vale? -dije dandole un último beso en la mejilla.
-Pe... pero... -balbuceo el.

Volví a casa y cuando entré me encontré a un Finn cruzado de brazos delante de la puerta.

-¿Dónde has estado? -dijo el.
-Ya te lo he dicho, en casa de Quinn. -dije yo.
-¿Ah si? Porque he llamado a Quinn y me ha dicho que no te había visto en toda la tarde. Y además tienes los labios hinchados. ¿Con quien has estado? ¿Y que has estado haciendo? -dijo el algo enfadado.
Intenté irme sigilosamente pero el me puso la mano delante y no me dejó pasar.
-Los tenía así cuando me fui. -dije.
-Te vi antes de salir y no es cierto. -dijo Finn.
Finn se acercó a mi cuello y lo olio.
-Hueles a colonia de hombre. ¿No habrá sido el imbécil de Puckerman no? -dijo el apretando los puños.
-Mmm no no, claro que no. -dije.
Pero ya me descubrió.
-Ya arreglare yo cuentas con el. Mientras tanto, sube ahora mismo a tu habitación. -me gritó Finn.
-¿Quién eres tú para ordenarme que hacer? ¡No eres papá! -le grité.
Y subí indignada a mi habitación.

Mi vida siendo hermana de Finn HudsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora