Capítulo 4

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"¿Quién es Leah?"

 Lo que me había querido decir mi abuelo era si en las vacaciones las pasaría con ellos. Yo les dije que lo iba a pensar, pero la verdad es que no le veía motivo para que mi mamá se pusiera así.

Luego de eso, les dije que me iría a mi cuarto, tenía tarea y ganas de dormir. Cuando llegue arriba entré en la habitación... me encanta, por que tiene muchas fotos de mi familia, amigos y demás. Mi casa es normal con lo necesario y tres habitaciones. Recuerdo la última vez que vino mi familia, ese ambiente tan lindo que se formaba, las charlas y por supuesto la comida.

Entré y busqué con la mirada mi mochila.

¡BRAVO ANGELA! DEJASTE LA MOCHILA ABAJO.

Se supone que vos me haces acordar de estas cosas, ¡Para algo estas ahí!

Bufe y bajé, estaba bajando tan perezosamente las escaleras que ni un ruido se escuchaba. Cuando estaba a unos 4 escalones me detuve y escuché.Hablaban sigilosamente, podría ser que estén hablando de la salud de mi tía Verónica. Para mi que no, ella últimamente estaba bien, así que descarté esa idea, me pegué a la pared y presté atención.

-Papá, no quiero que Angela lo sepa todavía...- Mi mamá estaba prácticamente pálida y a punto de llorar, ¿Qué era lo que quería que no supiera? ¿Tan grave es? No creo que me enojaría tanto con ella si me miente en algo. Es decir, si fuera algo que me hiere y tengo que saber, depende de que. Mi abuela negó con la cabeza y hablo con una mirada de suplica.

-Sabes que nosotros no te lo contamos a vos antes por que no había nada raro en vos, pero ella no está en las mismas condiciones que vos, a mi nieta la persiguen por Leah. No te vamos a presionar pero sabes que corre peligro.-¿Qué estaba pasando acá? ¿Por qué correría peligro si solo soy una adolescente que vive su vida cliché ? ¿Qué hice? ¿Quién es Leah?

Estaba empezando a sentir una punzada en mi pecho y espalda, rápidamente me agarré del barandal de la escalera, no me percaté del ruido que había hecho hasta que cuando levanté mi vista vi a mi mamá acercarse a mi.

-¡Hija! ¿Estas bien?- Yo solo asentí e invente una escusa.

-Si, me tropecé. Venía por mi mochila- Cuando trate de bajar el último escalón me agarró una punzada en la espalda hice un gesto que solo mi abuela pudo darse cuenta. Sabía que pronto la tendría en mi habitación. Fui hacía el sofá y puse mi mochila en el hombro, otra punzada atravesó mi columna y solo me mordí el labio que segundos después me dí cuenta de que lo había hecho sangrar.

-Mamá,¿A qué hora viene papá?- agarre una manzana de la frutera y esperé la respuesta con un pie en la escalera.

-Dentro de tres horas llega, supongo que para la cena.- En ningún momento me miro a los ojos como ella suele hacerlo, con ese característico brillo en los ojos de una madre, algo le pasaba.

Cuando subía sentí una que otra punzada pero las soporté. Lo que no dejaba de dar vueltas era, ¿Por qué yo correría peligro si nunca le hice daño a alguien? No mate ni a una mosca literal...y ese nombre Leah¿Qué tiene que ver una chica conmigo? A parte de mis amigas y compañeras no conocía a nadie con ese nombre. Deje de darle vueltas a eso, de seguro pronto mi mamá me diría, ahora a quien quería ver es a Mateo, mi hermanito. No hay día que no charlemos. Abrí la puerta silenciosamente por si estaba durmiendo y efectivamente se encontraba en su cama con algo en las manos. Me acerqué y le saqué lo que tenía, era un dibujo de nuestra familia solo que no dibujó a Cristian, todavía recuerdo cuando se fue,debe ser por eso el todavía era chiquito. Pero algo más me llamo la atención, al fondo había dibujado a una persona de negro, no era aterradora, pero daba un aire de suspenso.

Secretos con PlumasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora