The Older Brother. (#1 Bilogía Brother) [EDITANDO]

III

Dos semanas después...

—¿Entonces... no extrañas Minnesota? 

—No es que no lo extrañe, Zoe. Es que... Los vecinos son excelentes. Harry es como un hermano mayor, aunque tengamos casi la misma edad. Siempre defiende lo justo y nos hace mantener la calma. Paddy es el divertido, sin él, definitivamente no habría tanta energía en esa casa. A veces se necesita paciencia con él, pero lo entiendo. Sam es el chico relajado, el que hace lo que la mayoría dice. Siempre anda de coqueto conmigo, pero es en juego. Y Tom... no sé, es el chico genial, es imposible que hables con él unos minutos y no te caiga bien. Paso la mayor parte del tiempo a su lado. 

—¿Pero? —me apremia mi mejor amiga, al otro lado de la llamada. 

Me encuentro acostada boca abajo en mi cama, hablando con mi amiga, como todos los miércoles de cada semana desde que me mudé, para mantenernos al día y no perder la comunicación. 

Sé que cree que la voy a olvidar porque vivimos lejos y estoy conociendo gente nueva, pero eso sería algo imposible. Es mi amiga desde muy pequeñas, ha estado para mí en todas mis etapas, en mis mejores y peores momentos, sabe todo de mí y yo todo sobre ella. Jamás podría reemplazarla.

—Pero, no estás tú, ni papá, ni... bueno... 

—Creo que el nombre que quieres decir es Jimmy. 

—Claro... —me aclaro la garganta— él. Ey, escucha, tengo que colgar, pero más tarde podemos hablar por Skype. ¿Te parece?

Escucho un suspiro decepcionado que decido ignorar. Ella sabe cuán importante es para mí, pero también lo es tener vida social y no convivir tanto con mamá y Henry. Además, ella también tiene una vida lejos de mí. Y sé que es nuestro día, pero hay veces que también me tranca antes de tiempo.

Hablamos un poco más y nos reímos de algo tonto que digo, hasta que decido colgar. Definitivamente, es difícil dejar a tu amiga en otro país. No me imagino esas personas que se conocen por una red social y jamás se ven. Si tan solo el trabajo de Henry no lo hubieran trasladado a la embajada de Inglaterra, sino a la de otro estado de EUA, quizás estaría más cerca de mis amigos y mi papá... pero no hubiera conocido a los Holland y, aunque han pasado solo dos semanas, ya son muy importantes para mí. 

Bajo a la sala, donde mamá y Henry se encuentran discutiendo el color de las paredes. Después de ver la película con los Holland aquel primer día de mudanza y pasarla bomba, me despedí de todos amablemente y le prometí al señor Holland que volvería. Y no mentí, volví tres días después, cuando Harry tocó mi puerta para invitarme a una batalla con unas pistolas de Nerf. Y perdí, obviamente. Con Paddy siempre se pierde. 

He pasado casi todas estas dos semanas en la casa de los Holland. Son tan acogedores y me hacen vivir esa infancia que nunca tuve, no del todo, al menos. Mamá dice que es porque me gusta alguno y, quizá no esté tan equivocada... no estoy segura aún, pero no quiero pensar demasiado en eso. Es decir, todos son muy guapos, pero también son mis amigos. Eso solo podría arruinarlo todo y a penas los estoy conociendo.

—¿Vas con los vecinos de nuevo? —me pregunta mi madre, con una sonrisa coqueta. 

Es que una no puede tener amigos hombres porque te emparejan con alguno. 

—Sé honesta. ¿Cuál es? ¿El que sonríe mucho o el que se peina hacia arriba? Prefiero al que es musculoso, pero nunca has sido de esos.