The Older Brother. (#1 Bilogía Brother) [EDITANDO]

VIII

—Un helado de fresa para ti, y un helado de chocolate para mí —dice Seth, sentándose frente a mí, mientras prueba de su barquilla. 

Estamos afuera de un McDonald's, en una mesa en el exterior, mirando los edificios de Kingston. 

—Gracias, Davis —digo, comiendo, antes de que comience a derretirse. 

—Creo que la chica que me atendió me quería sacar el número, pero apunté hacia acá y le dije que estaba en una cita. 

—Vaya, le gustaste a... ¿Espera, qué? —Me detengo de golpe, mirándolo boquiabierta. 

—Fue para que me dejara en paz, en serio. 

Me quedo un momento mirándole, observando su sonrisa divertida y cómo huye de mi mirada, casi tímido. 

—Repíteme por qué me has invitado a comer helado. 

—¿No puedo invitar a mi divertida vecina a comer? —Me sonríe inocente, pero entrecierro los ojos hacia él. 

—Supongo. No estoy acostumbrada a salir con ustedes, siempre nos vemos en casa de los Holland. 

—Bueno, hay una primera vez para todo. 

Hoy recibí un mensaje de Seth mientras desayunaba. Pensé que era algo sobre los chicos o uno de sus memes diarios, pero me sorprendió leer que quería invitarme a ir por un helado. No lo pensé mucho y accedí, pues aunque nos conocemos de hace relativamente nada, el chico se ha sabido ganar mi corazón. 

Y aquí estamos, después de tomar el bus y llegar aquí, sin una palabra de la boca de Seth en todo el camino. 

—¿Nos podemos tomar una foto? Para recordar este día. 

Me encojo de hombros, comiendo de mi helado. Seth saca su teléfono y abre la cámara, apuntándolo hacia nosotros. Cuando está seguro de haberla tomado, parece teclear algunas cosas en el, antes de reír, llamando mi atención. 

—¿Qué? 

—La subí a Instagram y Sam preguntó si estábamos en una cita. 

—No me interesa. 

—¿Qué le respondo? 

—Pues dile que no. 

—Ups, ya le dije que sí. 

Lo empujo por el brazo, causándole una risa divertida. 

—¿Qué te pasa? Ahora no va a dejar de molestarnos. 

—Harry también comentó. 

—Te dije que no me interesa. 

—Ahora también lo hizo Tom. 

—¿Qué puso? —Me inclino hacia él, tratando de ver su teléfono. Seth alza una ceja hacia mí, de manera cómica. 

—¡Ajá! —Celebra, ignorando totalmente mi curiosidad—. Sabía que te interesaría lo de Tom. 

Bufo, volviéndome a recostar en mi asiento. 

—¿Qué dices? Solo quería saber. 

—Claro, no te interesa lo que opine nadie más que no sea Thomas, ¿no? 

Me sonrojo, apartando la mirada. 

—No... es que... 

—Shhh, no tienes que buscar excusas. Tú y yo sabemos que te gusta Tom. 

—¿Cómo que tú y yo? 

—Bueno, yo lo sé y trato de que lo sepas tú. 

Me aclaro la garganta, comiendo de mi helado sin atreverme a ver su rostro. Seth parece analizarme desde su puesto, en una posición extrañamente tranquila.