Deporte, libros y más apuestas

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Odiaba el pantalón del uniforme deportivo. La tela no estiraba, a las bolsas no les cabía nada y con una caída podías olvidarte de la tela en las rodillas, una de las razones por las que estaba en el grupo de animación, en las practicas usábamos licra.

Eran mediados de septiembre, aún hacía calor, pero no había que preocuparse por el abrasador sol de mediodía gracias al salón de baile techado. Todas estábamos alineadas en nuestras posiciones de la coreografía, terminando el calentamiento obligatorio, cuando la maestra Emma, nos pidió que nos sentáramos para un aviso.

Me senté entre Aylin y Celia, nos recargamos en la pared mientras Emma caminaba de un lado a otro delante a la pared de espejos frente a nosotras.

-Como todas saben, tenemos una nueva administración deportiva este año. –anuncio, jugando con su cabello, cosa que hacia cuando estaba emocionada o nerviosa -El nuevo coordinador de deportes se ha encargado de que los equipos de vóley, básquet y fut entren en varios torneos. –Era cierto. Hasta ahora ya habíamos animado dos partidos de voleibol y tres de basquetbol, a pesar de que los torneos no llevaban ni un mes –Y ahora, gracias a ciertos "contactos" –hizo comillas con los dedos el decir contactos –Se nos ha otorgado la oportunidad de ir a competir a la capital a uno de los mejores torneos de animación que hay.

El pequeño salón de baile se llenó de murmullos entusiasmados.

-No se emocionen –nos detuvo Emma – No puedo llevar a más de veinte. Y debo escoger entre ustedes, secundaria menor y prepa –Eso iba a ser difícil. Solo nosotras (secundaria mayor) éramos veinticinco. –Mis seleccionadas tienen que ser las mejores. Tienen que tener disciplina, deben ser entusiastas, bailar bien, obviamente. Pero sobretodo que de más del 100. Les diré a quienes selecciones un alrededor de un mes, la competencia es en marzo, ya sé que parece mucho tiempo, pero hay mucho que arreglar. Ok, párense, primera coreografía desde el principio.

Nos volvimos todas murmullos mientras nos acomodábamos para la rutina, todas preguntándonos lo mismo: ¿A quiénes elegirá?

No fue hasta que comenzó la música que las voces de detuvieron. Comencé a moverme como siempre, perdiéndome en la música hasta donde se podía sin equivocarme en los pasos, fue cuando volteé al espejo y vi a las demás, todos sus movimientos eran firmes y precisos, los tiempos de cambios eran casi perfectos y sonreían como si tuviesen vaselina en los dientes. Era lo mejor que habíamos hecho en semanas, pero no me deje engañar. Emma se había equivocado, nuestra competencia ya había comenzado.

Las clases habían terminado hacia quince minutos, deportes fue la última clase del día y Zack se había quedado hasta tarde jugando un partido de basquetbol, y ya que tía Lucí y mi mamá habían llegado a un acuerdo para recogernos, hoy era el turno de mi mamá, y ya se le había hecho tarde.

Decidí matar el tiempo leyendo el libro que Dylan me había envido para mi cumpleaños: Harry Potter y la Piedra Filosofal. Aunque habían pasado más de dos semanas desde mi cumpleaños, lo había comenzado a leer esa semana, y mi mamá tuvo que arrancármelo de las manos la noche anterior para que dejara de leer y me durmiera, pero no podía evitarlo, era genial. No podía creer que había pospuesto leer esos libros tanto tiempo. ¡Gracias, Dylan!

Iba terminando el capítulo doce cuando se me acerco Zack y me arrebato el libro de entre las manos, tal parecía que el partido había acabado y no le quedaba nada mejor que hacer más que molestarme. Instantáneamente, como si le hubiera quitado a un lobo hambriento su pedazo de carne, salte sobre él para taclearlo y quitarle el libro.

-Si no quieres perder la mano te sugiero que no vuelvas a hacer eso –le dije quitándome de encima.

-¿Qué carajos te pasa? De verdad no es para tanto, Alex. Dios –se quejaba Zack, y no dejo de hacerlo por unos cinco minutos, diciendo que deberían enviarme a algún tipo de fuerzas especiales.

-Lo entenderías se te lo hicieran a ti, Zack –dije una vez que se detuvo.

-¿De verdad es tan bueno? Digo, a Dylan también le encantan, pero yo prefiero las películas.

-Eres la razón por la que el shampoo viene con instrucciones ¿sabías?

-De verdad, Alex. No lo entiendo, leen libros de los que ya hay películas, aunque los libros son más caros que ir al cine, y luego están sus obsesiones raras con personajes ficticios... me parece algo de enfermos.

-Amar a un personaje ficticio no es de enfermos, Zack, es de genios, te enamoras de cualidades que las personas reales no tienen. Y nunca lo entenderás si no lees un libro.

-¿En serio? ¿Quieres apostar?

Genial. Otro loco de las apuestas, como si con mis amigas no fuera suficiente.

-¿Qué quieres apostar?

-Que puedo leer un libro sin terminar como tú, Dylan o mis padres.

-Acepto si tu escoges el libro.

-De acuerdo. Ese, el de Harry Potter. –Estuvo a punto de quitármelo de las manos, pero lo detuve.

-Claro que no, mañana vamos a ir a la biblioteca y vas a vagabundear ahí hasta que encuentres un libro que te llame la atención.

-Ok, si eso quieres. Pero si yo gano vamos a regresar a la biblioteca y vas a gritar a todo pulmón que las películas son mejores que los libros. –La garganta se me quemaba de tan solo tratar de pronunciar esa blasfemia, no había manera de que pudiera gritarlo. Al parecer Zack se dio cuenta de eso y puso las cosas más interesantes –Y si tú ganas y me conviertes en un loco como el resto de mi familia, te compraré todos los libros de Harry Potter.

A lo lejos alcance a ver a mi mamá en la entrada esperando por nosotros. Tome mis cosas y Zack hiso lo mismo. Comenzamos a caminar hacia la libertad del fin de semana.

-Entonces ¿aceptas? –continuo Zack.

-¿De verdad me compraras todos los libros? –aunque había posibilidades de que perdiera, la idea de la colección completa era demasiado tentadora.

-Sí, los ocho libros.

Seguí caminando, tratando con todas mis fuerzas de no arrojarle mi mochila a la cara.

-Zack, solo son siete libros.

-¿Qué? Pero son ocho películas.

Iba a ser más difícil de lo que había imaginado.


Chocolate AmargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora