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Nada es como uno se lo espera.

Eso está más claro que la condenada agua.

Yo, en lo personal, esperaba terminar la escuela, ir a la universidad, conocer allí una hermosa chica que sería mi novia, terminar la carrera y cuando estuviese trabajando me iría a vivir con ella, le pediría matrimonio, tendríamos hijos y un perro llamado Firulais, luego nos haríamos viejos y moriría trágicamente de alguna enfermedad muy dolorosa y mis nietos llorarían por mí en mi lecho de muerte y yo les diría "no me arrepiento de nada", entonces daría mi último respiro. Algo simple, solo lo típico.

Pero cuando estaba en secundaria recogí un pequeño y adorable gato negro callejero. Que termino siendo algo que no esperaba que fuese, un vampiro.

Luego me enamore de ese vampiro, eso tampoco me lo esperaba.

No tenia planeada una declaración ni nada parecido, por el momento. Más bien, me comenzaba a conformar con solo ser su compañero, su eve. Me esforzaba para que el confiara en mi y supiera que podía contar conmigo. 

Luego sucedieron muchas peleas y situaciones que yo no esperaba.

Pero lo peor sucedió durante esas numerosas peleas. Jamás me había encontrado en una situación así y con bastante frecuencia se repetían mis recuerdos de la muerte de mi madre. Cada vez perdía a más personas importantes y sentía que no podía ni siquiera protegerme a mí mismo, mucho menos a los demás.

Recuerdo que estaba lloviendo. Yo estaba completamente empapado e irritado. Habíamos perdido de nuevo contra uno de los subordinados de Tsubaki, maldije en voz alta numerosas veces. Kuro estaba detrás de mí en silencio. Hasta que se decidió por hablar.

- ¿Te arrepientes de recogerme? – dijo en voz baja, casi imperceptible. Me irrito que comenzara por preguntarme ese tipo de cosas justo ahora que estaba a punto de derrumbarme. Y termine por explotar. 

- Si, Kuro, ¿eso querías escuchar? ¿eres feliz ahora? – lo dije, no, más bien, casi se lo grito y me gire para mirarlo. Supe de inmediato que la había cagado, su expresión, dios, ¡su cara! Sus ojos me mostraban siglos de tristeza y soledad acumulada, retrocedió unos pasos y solo desapareció ante mí. Jamás lo volví a ver luego de eso.

Estaba herido, yo lo había herido diciéndole eso. Un dolor se instaló en mi pecho y se negó a salir, mis ojos se pusieron llorosos. Todo lo que dije no lo sentía, incluso, sentía todo lo contrario él me gustaba, pero en ese minuto, y debido a la situación, estaba bajo mucho estrés, enojo y sentía que Kuro no me ayudaba lo suficiente, sentía que él no confiaba en mí, claro que no lo haría, después de lo que le dicho, no confiara en mí nunca y puede que ahora me odie. Bueno, el hecho de que haya desaparecido me ha dejado en claro que si me odia.

Entonces mi plan de tener una esposa e hijos y millones de cosas más me pareció la idea más absurda. Algo que no necesitaba en mi vida. Bueno, ya no necesitaría nada por el resto de mi vida, lo único que sentía que necesitaba se había esfumado en frente de mis ojos sin decirme palabra alguna. Rompió nuestro lazo de vampiro-eve. No sé cómo, pero lo hizo.

Luego de todo esto, y que Kuro llegase a mi vida, pienso que en mi lecho de muerte le diría a mis nietos, si es que llegase a tener, "nunca dejen ir a la persona que en realidad aman y arriésguense" porque creo que una frase como "no me arrepiento de nada" ya no podría utilizarla. Ahora me arrepiento de muchas cosas y de la que más lo hago es dejarlo ir. No frenarlo cuando debía. Yo sabía desde hace mucho que él tenía la tendencia a echarse la culpa y cargar con todo. Yo me esforzaba porque él no pensara más de esa forma y contara conmigo, pero unas palabras vacías me hicieron alejarme para siempre de él.

Ahora que estoy en la universidad pienso en muchas cosas. Él se fue, no lo volví a ver y por mucho tiempo me dedique a buscarlo por todos los lugares que podía, pero no lo encontraba. Me desesperaba y lloraba con frecuencia, pero, sabía que si él no quería, yo jamás lo encontraría.

Mi vida volvió a ser sencilla y sin mayores percances. Estaba siempre en la misma rutina. Y, luego de todo lo que viví con Kuro, todo me parecía tan ordinario, tan común. Ir a la universidad, trabajo, vuelta a casa y luego se repetía todo. Hace unos años me hubiese gustado la simplicidad de esta rutina pero sabía que me faltaba Kuro. Inconscientemente lo había agregado a mis planes, lo había agregado a mis rutinas. Aunque nuestra convivencia juntos no haya sido de lo mas extensa. 

Mis amigos, que me conocían desde la secundaria, se dieron cuenta de este gran cambio, ellos conocieron a Kuro, bueno, su versión gato, y numerosas veces me daban un discurso de que era solo una mascota y debía superarlo ya. No los culpaba, ellos no sabían que él no era solo una mascota.

Me alegraba mantener aún contacto con Misono y Sakuya. Al menos con ellos podía hablar sobre el Kuro humano y no solo la "simple mascota", pero ellos no me decían algo muy alejado de mis amigos de la escuela. "él se fue hace mucho. No creo que vuelva" o un "ya es hora de que continúes y solo lo olvides" y como olvidar sus típicos "tienes que estar bien" pero yo no estaba bien, hace mucho que ya no lo estaba. Me sentía tan culpable. 

Numerosas veces me encontraba caminando por la calle y buscándolo inconscientemente. Sabía que podía haber una posibilidad, por mínima que fuese de encontrarlo. Mas de una vez había visto su característica chaqueta celeste, yo aceleraba el paso e interceptaba a la persona pero grande era mi sorpresa cuando veía un rostro que no era el de Kuro ahí. 

Como olvidar las numerosas veces en que terminaba de pie ante el mismo callejón donde lo vi por primera vez en su versión de un pequeño e indefenso gato. ¿Qué esperaba al encontrarlo? ¿Hablar con él? ¿Arreglar las cosa? No lo sabía aún y una pregunta mas importante ¿él querría volverme a ver, el estaría dispuesto a perdonarme?


GRACIAS POR LEER.

Me niego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora