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Todos los Vengadores os encontrábais en el gran salón de la Torre Stark, haciendo absolutamente nada en una de las únicas tardes que por casualidad teníais libre.
Cayendo en la cuenta de la deprimente situación en la que estabais todos, Tony aburrido, metió su móvil en el bolsillo trasero de su pantalón y se levantó del sofá dando una palmada.
—Esto no puede ser así, ¡juguemos a algo! —vosotros asentisteis—. ¿Qué os parece jugar a 7 minutos en el paraíso? —levantó las cejas.
—¿Por qué no? ¡Matemos un poco el tiempo! A lo mejor alguno de nosotros queda agradecido después de jugar a esto —dijo Scott mientras miraba a Nat la cuál le rodó los ojos rápidamente.
—Esperad un segundo, ¿cómo se juega a eso? —preguntó confundido Thor.
Tú te reíste disimuladamente, a saber como reacciona cuando sepa de qué va el juego.
—Ya lo descubrirás, rubiales. ¿Todos de acuerdo en jugar? —preguntó por última vez Tony.
Todos asentimos de diferentes maneras y nos sentamos en un círculo mientras Stark ponía en medio del círculo una botella vacía de cerveza que había cogido de la cocina.
—Comencemos —sentenció Clint y giró la botella la que acabó señalando a Nat en primer lugar.
—Por favor que me toque a mí, por favor que me toque a mí... —susurraba Scott cruzando los dedos.
Pero cuando Clint volvió a girar la botella, esta señaló al, de repente, tímido Bruce.
—Mierda —se quejó por lo bajo Scott y tú ,al estar a su lado, lo escuchaste y le diste un codazo intentando animarle.
—Vamos tortolitos, al armario —Tony los guió.— Tendréis 7 minutos, y recordad, no hagáis nada muy malo, sé cómo eres Nat —.Stark les cerró con pestillo y volvió al círculo.
—¿Por qué se meten en un armario? —cuestionó Thor.
—De eso trata el juego. Primero, la botella decide quién es la pareja elegida y después se meten las dos personas en el armario durante 7 minutos. La gracia es lo que pasa dentro del armario durante esos 7 minutos, y qué puede llegar a hacer la gente que esté dentro a solas —le explicaste y el asintió mirándote fijamente, y tú incómoda bajaste la mirada.
—La mayoría de parejas acaban teniendo sexo jugando a este juego —rió Sam.
—Y la mayoría de los amigos de las dos personas que están en el armario, cuando se acaba el tiempo y van a abrirles, se los encuentran en una escena un tanto embarazosa —rió está vez Pietro.
