Capítulo 2: Discoteca.
Cris terminó de maquillarse y se encaminó hacia el pequeño espejo de cuerpo entero
que tenía en su habitación para comprobar cómo había quedado (http://www.polyvore.com/noche_de_fiesta_01/set?id=80150179&lid=2494839).
—Estás muy guapa. —Comentó su padre desde la puerta, casi con dolor. —Odio
admitirlo, pero te has hecho mayor. —Suspiró.
—Siempre seré tu pequeña, y lo sabes. —Justo cuando iba a darle un beso en la mejilla sonó el timbre. —Seguro que es Ángela. Prometo volver pronto. —Cogió su bolso de
mano, le lanzó un beso por el aire al hombre y fue al encuentro de su mejor amiga. La
examinó unos segundos (http://www.polyvore.com/noche_de_fiesta_03/set?id=90979995&lid=2897414).
— ¿Qué tal? —Se abrazaron y fueron en dirección a la discoteca.
—Quiero conocerles. —Se limitó a responder, mirando al frente. — ¿Cómo estás tú?
—Nerviosa. —Murmuró con preocupación, odiaba que su mejor amiga buscase a los
chicos por toda Madrid y nunca les encontrase.
—Te quiero. —Sonrió.
—Y yo a ti. —La abrazó y llegaron unos minutos más tarde.
— ¿Nombres? —Preguntó el hombre de la puerta.
—Mire en sus listas de cantantes, somos Ángela y Cristina. —El hombre asintió como
diciendo que podían pasar y Ángela le contó a Cris que había tenido que hacer uso de
los contactos de sus padres para que sus nombres estuviesen en la lista, pero ambas
harían lo que fuese por la otra.
— ¿Qué es eso de que vamos a cantar? —Alzó una ceja, pues aunque todos le dijesen
que cantaba bien ella se empeñaba en creer lo contrario, y le daba vergüenza subirse a un escenario frente a tantos desconocidos.
— ¡Eh, Cris! —Reconoció la voz como la de su mejor amigo.
—Oh, por el Ángel, has venido. —La expresión la copió de una de sus sagas de libros
favorita. Le abrazó, enterrando su rostro en su pecho.
—Te lo prometí, ¿no? —Rió y alguien carraspeó. —Ah, hola, Ángela... —Ésta última y él
hace años eran inseparables e incluso fueron novios, pero él, inexplicablemente, rompió con ella y desde ese entonces se llevan mal.
—Vosotros dos dejad lo que sea que tengáis por una maldita hora, ¿vale? —Se soltó del agarre del chico y fue hacia la barra, pidió una Coca-Cola y fue hacia la pista,
esperando a que llegase su turno de subir al escenario y cantar. La espera siempre
había sido lo peor, lo sabía de sobra por todas las veces que cantó ante su familia y sus compañeros de instituto.
—Y con nosotros... ¡Cristina! —Le dio la copa con la bebida a su mejor amiga y subió al escenario. — ¿Qué cantarás, chica? —Le dijo el nombre de una canción y ésta comenzó a sonar unos segundos más tardes.
<<Aquí vamos. >> Suspiró y comenzó a cantar.
Una furgoneta con los cristales tintados llegó a la entrada del local, donde miles de fans les esperaban con pancartas y demás.
Después de firmar unos autógrafos, entraron y se quedaron de piedra mirando a la
chica que estaba subida en el escenario.
<<Es hermosa. >> Pensaron todos a la vez.
Ella no se dio cuenta de su presencia hasta que terminó la canción.
— ¿Dani, Blas, Álvaro, David y Carlos? —Sentía que iba a caerse.
— ¿Nos conoces? —Murmuró uno de los rubios, esperanzado.
—Pues claro que os conozco, sois mis ídolos. —Rió con algo de nerviosismo antes de
bajar del escenario.
— ¿Cómo te llamas?
— ¡Cris! —En ese momento apareció Ángela cogida del brazo de Diego. —Perdón por
interrumpir.
—Eh... Yo... —Se había quedado sin palabras, y los chicos tampoco sabían qué decir. — ¿Qué ocurre? —Finalmente se volvió hacia ellos.
—Tengo que irme, mi madre está en el hospital. —Salió de golpe de su ensoñación.
—Por Raziel, ¿qué le ocurre?
—Simplemente, se desmayó y la tienen en observación. —Todos escuchaban atentos.
— ¿Quieres que vaya contigo?
—No, ya me acompaña él. —Señaló con un movimiento de cabeza a su ex. —Te quiero,
tú disfruta de esto. —Después de despedirse, ambos se marcharon y dejaron a Cris sola con sus ídolos.
—Eso no sonaba bien. —Murmuró David, pensativo.
—Chicos, yo... Llevo tanto soñando con este momento... —Susurró, se moría de
vergüenza y preocupación.
— ¿Cantarías con nosotros? —Preguntó Dani, directo.
—Me encantaría. —Esbozó una sonrisa deslumbrante antes de volverse a subir al
escenario, pero esta vez acompañada por ellos.