Capitulo 21 (Version 1)*

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Zayn Pv.

I still try holding onto silly things

I never learn

Oh why, all the possibilities

I'm sure you've heard

That's what you get

When you let your heart win, whoa

Ese definitivamente era mi teléfono. Lo saque de mi bolsillo sin abrir los ojos y conteste:

- Bueno -dije aún adormilado.

- ¡Hasta que te dignas a contestar Malik!

- ¿Qué quieres Yussif?

- Saber algo de ti... y de tu solecito. ¿Esta contigo? ¿Como está? Dime que no se murió porque sería una mala imagen para el negocio.

- Tranquilo, está conmigo. No la he perdido de vista.

Abrí los ojos y mi corazón se detuvo -figurativamente-. ¿Donde estaba _______? Maldición. Yo la había dejado aquí.

- Te hablo luego -dije y enseguida le colgué a mi primo.

Me levante del sillón y fui al baño haber si estaba ahí, pero no, no estaba. Salí de la habitación, no pudo haberse ido sola; o tal vez alguien del servicio la vio por ahí.

Me encontré a mi madre la cual al verme me sonrió.

- Zaynie, ¿quieres comer?

- Mamá, ¿has visto a _______? -dije ignorando su pregunta.

- Ehm, sí. La vi hace un rato, me dijo que estaría con tu padre en su estudio.

Y sin más, salí corriendo al piso de arriba.

Cuando llegue a la puerta que daba al estudio de mi padre me detuve al escuchar su conversación, acompañada con el rápido latir de mi corazón.

- No sé exactamente como lo hacen, pero los vampiros son los únicos que pueden hacerlo -dijo la voz de mi papá.

- Entonces, según usted, ¿mi hermano y yo reencarnamos?

- Así es. Al momento de reencarnar es como si nacieran, no recuerdan nada de lo que eran sus vidas antes de morir.

- Asombroso.

- Sí, realmente lo es.

¿Qué? ¿Reencarnación? ¿Qué se suponía que significaba todo esto?

- Señor Malik, creo que afuera hay alguien que quiere entrar.

- ¿Qué? Pero nadie ha tocado.

- Lo sé. Pero escucho su corazón.

Y enseguida la puerta se abrió. Ambos me veían con una cara totalmente serena.

- Zayn, eres tú. Adelante.

No supe que decir. Y parecía que mi cuerpo no se quería mover.

- Señor Malik, creo que ya debería irme. Mi familia ha de estar buscandome y dudo que se pongan contentos al saber dónde estoy.

- Claro, como siempre me encantó hablar contigo.

- Espero que nos volvamos a ver pronto. Mientras puede comunicarse a través de cartas, me encantará saber de usted, las niñas y Tricia -dijo con una sonrisa.

- Claro. Ya nos veremos luego. Mientras piensa en todo lo que hablamos.

- Hasta pronto -dijo _______ caminando hacia la puerta donde yo seguía parado.

- ¿Vas a quedarte ahí parado?

- N-no, te acompañó abajo.

Tenía mucho de que hablar con ella.

Comenzamos a caminar, llegando a las escaleras le deje el paso. Bajamos en medio de un silencio sepulcral. Cuando íbamos llegando al piso inferior la tome del brazo y la jale hacia mi habitación. Abrí la puerta la empuje dentro, entre y enseguida cerré la puerta con seguro. Me giré a verla y ella tenía una mirada expectante de mi siguiente acto.

Hicimos contacto visual. Como extrañaba ver sus hermoso ojos, a través de ellos siempre pude saber lo que ella pensaba, pero ahora era como si estuvieran vacíos. Como dos cuencas llenas de nada.

No sabía que decir. Tanto tiempo esperando este momento y ahora mi mente estaba en blanco. ¿Que se supone que debería decir? "Hola, perdón por preguntar, pero ¿como es que estas viva si yo te maté?" No. Demasiado insensible, tal vez. Mientras yo debatía en mi mente que debía decir ella acortó el espacio que nos separaba, rodeó mi cuello con sus brazos y fusionó nuestras bocas en un beso. Al principio no supe que hacer, fue tan inesperado, pero después me rendí ante ella y seguí con el beso. La tome de la cintura y la acerqué a mí -sí, aún se podía-.

Nuestras lenguas comenzaron una lucha carnal, y nuestros labios se movían como si los del otro fueran el oxígeno que necesitábamos para seguir viviendo. Poco a poco nuestro beso se fue intensificando, y con eso me refiero a que la pasión que desprendiamos era la que iba creciendo. Todos estos años sufrí porque extrañaba estos labios.

Además de la gran pasión que crecia, dentro mi se empezó a expandir un dolor; ese dolor que se había mudado a mi corazón en el momento en el que ella murió en mis brazos, ese dolor que me hizo sufrir durante años, ese mismo dolor que me impedía seguir con mi vida hasta hace poco que conocí a Leah. El dolor comenzó a recorrer lentamente mi columna vertebral, después se recorrió por mis extremidades y me hizo estremecerme. ¿Como sabía que todo esto no era un sueño? ¿Como sabía que mi mente no me estaba jugando una broma o algo así? Digo, ahora que lo pensaba era imposible que ella estuviera aquí. Yo la mate, yo la vi morir entre mis brazos, yo estuve en su funeral. Aunque la platica de ella con mi padre llegaba a mi mente:

- ...los vampiros son los únicos que pueden hacerlo.

- Entonces, según usted, ¿mi hermano y yo reencarnamos?

- Así es...

¿Reencarnación? ¿Eso era posible? Bueno, al parecer si, porque este beso se sentía muy real.

Nos separamos y mis pulmones se llenaron de aire, esperé hasta que mi respiración se volvió tranquila y mi corazón recuperó su pulso normal. Tenía intención de volver a besarla pero me quede mirando su hermoso rostro. Era exactamente igual a cómo lo recordaba.

- ¿Qué tanto me miras? -susurro lentamente y con una sonrisa.

- Es que eres preciosa.

- Esa frase ya perdió efecto, deberías buscar algo nuevo.

- Tu sonrisa ilumina la habitación como si hubiera cientos de soles en ella -dije arrastrando las palabras.

Ella se quedó callada. Soltó una pequeña risa y me dio un corto beso en los labios.

- Ya debería irme.

- Te llevó a tu casa.

- No es necesario, un carro me está esperando para llevarme.

- Me gustaría que te quedarás -dije y le robé un beso.

- A mi también me gustaría, pero debo irme. Antes de que mi padre detenga el mundo para buscarme.

- Está bien.

Me dio otro pequeño beso y nos soltamos. Me hice a un lado para que saliera por la puerta pero al momento de dar un paso soltó un grito y se tiró al suelo mientras apretaba sus sienes.

- ¿¡_______!? ¿Estás bien? -mierda.

Vidas secretas [Louis Tomlinson y Tú] (Pausada y en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora