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Saco la pistola de la mochila y los apunto a los dos.

-Hey amigos. ¿Como estáis después de lo de ayer? ¿Tenéis la consciencia tranquila? -pregunté riendo como una loca. -¿Qué? ¿Os a comido la lengua el gato? -reí de nuevo.

A lo lejos vi a Connor mirando en mi dirección, y desviando la mirada a la pistola y sonriendo.

Sabía que era de los nuestros

Me tengo que alejar de él, ¿Recuerdas?

Bah tonterías, no te alejes.

Le hago una seña a Connor para que se acerque y así hace.

-Contarme que hicisteis ayer pequeño Luke y pequeña zorra. -me fulminan con la mirada y yo recargo la pistola. -Nada de mirarme mal, tenéis minutos de vida. Hablad.

-Estube con Luke toda la tarde y parte de la noche en mi casa. -dijo la pequeña zorra.

-¿Así? -asintió. -Aparte de zorra, mentirosa. -río y cojo el bote de antidepresivos y me tomo tres pastillas. -¡Que pena que mi casa tenga cámaras! -digo riendo.

-¿Y que te crees que haces con una pistola? -pregunta Luke desafiante. -Vamos dispara, así vas a la cárcel.

-Yo no iré a ningún lugar, en cambio tú y tu amiguita zorra si. -dije y vi como entraban policías y más policías por la puerta principal del instituto. -Que pena que mi casa tuviera cámaras y grabara toooodo lo que me hicisteis, ¿No? -reí.

-Hay pruebas suficientes para que se mueran en la cárcel Señorita Black. -dijo mi agente favorito y también llamado papá.

-Oh, ¡Genial! -aplaudí. -Que empiece la fiesta entonces.

Cogieron y esposaron a Luke y la pequeña zorra.

-Espera, tu zorra dime tu nombre. -exigí apuntandola.

-Me llamo Sam, encantada. -dijo riendo.

-¡Espera! -dijo Luke. -¿Y ella que? ¿No va a la cárcel por tener una puta pistola? -dijo gritando.

-Ya te gustaria a ti violador de mierda. -le dije.

-No puede ir por dos simples razones. 1 tiene licencia de armas, 2 era una infiltrada por un día. -dijo partiéndose el pecho a causa de la risa.

Le entregué el arma y me puse la mochila dispuesta a subir las escaleras en busca de mi siguiente clase pero Connor me detubo.

-¿Que quieres Connor? -pregunté fría.

-Lo que toda persona coherente quisiera ahora mismo al verte. -yo lo miré confundido y el se acercó acortando la distancia que nos separaba y dándome un abrazo que hizo que mi pobre corazón dejara de estar destrozado.

Rompí en llanto y no se cómo pero no pude controlarlo, me abracé más fuerte a él, y aunque las heridas dolieran no importaba.
Sólo importaba él, él y yo.
Nosotros.

-Debe de haberte dolido mucho todo eso. -dijo besando mi cabello.

-No sabes todo lo que hicieron Connor. -dije soltándome de su abrazo y sentí su ausencia de inmediato. -Fue horrible. -dije mirando al piso.

-¿Quieres hablar de ello? -negué. -De acuerdo vamos a clase. -dijo y me cogió la mano indicándome que clase nos tocaba.

Entramos juntos, se ve que a él le tocaba la misma clase que a mi.

¡Nos tocaba Arte!
Más feliz no puedo estar, aquí puedo dibujar sin que me lo rompan.

-Bien clase, quiero conoceros un poco más a fondo, así que quiero ver como sois de personalidad y vuestros dotes de dibujo. -dijo y sacó unas hojas y acuarelas para todos, también ceras y todo tipo de cosas para dibujar. -Quiero que me hagáis un dibujo de cómo os sentís lo que sea, que demuestre como sois interiormente. ¡Adelante! -dijo y corrí en busca de mis acuarelas favoritas, junto a los colores que iba a necesitar.

Y me puse manos a la obra mientras tenía al lado a un Connor un tanto mirón.

Yo suelo dibujar con facilidad y no muy lenta, así que las dos horas de arte me cundieron muy bien.

Yo suelo dibujar con facilidad y no muy lenta, así que las dos horas de arte me cundieron muy bien

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Tan bien que incluso cogí el móvil a escondidas e hice una foto para mandársela a mi madre.

Madd: Hey ma, mira lo que hice en clase de arte. ¡Mola eh!

Ma linda: Esta genial cielo, dentro de poco serás conocida como Picasso ya verás.

Reí como una tonta y guardé el móvil antes de que se diera cuenta y recogí todos los utensilios que utilicé y me apoyé en la mesa mirando a Connor.

Está tan guapo concentrado...

-Hey, Connor. -susurré para que la maestra no se enterara. -¿Cómo vas?

Connor me miró y sonrió enseñándome los dientes y me agarró el pupitre y la mesa y me colocó al lado suyo, procurando que la maestra no se enterara.

-Ahora mejor, ¿Y ati? -preguntó con una sonrisa.

-Genial, ya acabé. -dije mirándole los labios.

Estábamos muy cerca.

-¿Y donde está tu dibujo? -preguntó curioso.

-Oh no se. -miré hacía delante y vi a una muchacha con el pelo corto y de color castaño con mi hoja y boquiabierta.

-Dibujas genial, es asombroso. ¿Cómo lo haces? -reí.

-Tampoco es para tanto. -dije intentando quitarle importancia para que Connor no viera mi dibujo.

-¡Pero si es maravilloso! Tan delicado, incluso me da pena tocarlo. Merece estar en una exposición. -dijo y claramente exageraba.

-Bueno, muchas gracias. -dije y ella me sonrió de vuelta pasándome mi hoja.

-Yo también quiero verlo Madison. -dijo y yo negué mirando hacia el piso. -Va por favor pequeña. -dijo haciendo ojitos a lo que no pude resistirme y se lo di, pero me tapé la cara con las manos para que no se diera cuenta de que me estaba sonrojando.

Me destapé los ojos y vi cómo me miraba con los ojos iluminados, sonreí y me quité las manos de la cara y de repente y sin más me volvió a besar.

Sin importarle que estuviéramos en medio de la clase.
Y sin importarle que mis sentimientos crecieran.

Hey, ¡Madison! #BEAwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora