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El día pasó rápidamente gracias a la felicidad que me dio el beso de Connor.

A última hora me tocaba Biología con la profesora Pattherson, era una bruja malvada, pero era comprensiva como sólo ella sabía.

Tenía a Connor al lado, no se porqué pero no se separó de mi en ningún momento.

Quizás le gusto.

Empecé a marearme y me entró sueño, a lo que caí rendida sobre la mesa.

-¿Estás bien Madison? -susurró. -Hey, Madison. -me movió. -Profesora, siento interrumpirla pero Madison no se encuentra bien en este momento.

-Llevela a la enfermería y quédense con ella Connor. -dijo comprensiba.

-Vamos Madison. -dijo y me ayudó a levantarme y me cargó hasta enfermería.

-¿No peso mucho? -intenté susurrar.

-No, apenas hago esfuerzo, deberías comer más. -dijo sonriendo, o eso logré ver.

-Me duele todo Connor. -noté como pequeñas lágrimas caían por mis mejillas.

-¿Que hiciste para encontrarte así?

-No me he movido de casa desde lo ocurrido con Luke. -me agarre más fuerte a su pecho por el recuerdo de aquella tarde.

-Espero que no sea nada malo pequeña. -susurró dándome ánimos.

Entramos a enfermería y la enfermera miró a Connor y después ami.

-¿Qué a pasado? -pregunta la enfermera más a Connor que ami.

-No lo sabemos mamá, se encontró mal de repente. -dijo poniéndome en la camilla.

¿Es su madre?
Tengo una suegra bellísima.
Que suerte tengo.

Eh espera, ¿Cómo que suegra? Aún no sois nada.

Touché.

-Cielo necesito que me digas cómo pasó eso y que síntomas tienes. -dijo la enfermera mirándome a los ojos.

-Yo... Emm... -intenté hablar pero balbuceaba. -Estaba en clase... Y me maree y me entro sueño... Y aquí estoy.. -dijo y asintió.

-¿Que te duele? -preguntó sacando vendas y yodo.

-La cabeza, los brazos y las piernas y... -empecé a llorar.

-No es necesario decir esa parte cielo. -dijo y miró a Connor. -Hijo, fuera. -el negó con la cabeza.

-No me iré a ningún lugar.

-¿Te importa si se queda? Es muy cabezón aveces. -negué con la cabeza y él sonrió.

Empezó a quitarme los parches y aparté la mirada.

Nunca nadie excepto yo tocaba mis heridas y parches.

-¿Te lo as cosido tu sola? -asentí. -¿Enserio? -volví a asentir. -Oh mi dios, si está perfectamente cosido, sólo tengo que desinfectarlo y vendarlo. -dijo mientras me ponía Yodo y empezó a arder.

Cuando acabó me miró extrañada y me volví a marear, pero esta vez fue más leve.

-¿Que ocurre? -preguntó Connor alarmado acercándose.

-Ah. -grité. -Me duele el puto cuello. ¿Que mierda? -dije cuando vi que mi cuello sangraba. -Oye no... -dije y me volví a marear pero Connor me agarró para que no cayera.

-¿Te sangra el cuello? -pregunta la madre de Connor y este asiente.

Me limpió el cuello y miró de donde provenía la sangre y se separó alarmada.

-Connor mira eso y dime si es lo que pienso. -dijo mientras salían lágrimas de sus ojos.

Connor me dejó y miró mi cuello y se separó también alarmado.

¿Soy un bicho raro?

-¿Te a mordido un gato Madison? -preguntó la enfermera.

-No, claro que no. -dije cruzando las piernas.

-¿Entonces... Conor? -preguntó de nuevo.

-¿Te mordió Luke? -preguntó Connor y bajé la mirada al suelo. -Dimelo Madison. -me levantó el mentón.

-Me mordió en el brazo y el muslo, no sabía que en el cuello también.

-¿No te diste cuenta? -preguntó incrédulo.

-No, porque mientras hacía eso, estaba haciendo algo más doloroso. -dije y empecé a llorar a lo que Connor me cogió y me apretó fuerte contra él.

-Ay mi niña lo que te han echo... -susurró apenada la madre de Connor. -Connor sueltala. -el obedeció. -Necesito que te apartes la camiseta o te la quites. -dijo y negué.

-No puedo hacer eso. -negué repetidas veces. -No puedo.

-Si es por Connor... -la interrumpí.

-Connor no me molesta, es lo que hay ahí.

-¿Los pechos? -negué. -Oh entiendo, no tocaré las marcas si es lo que te importa. -dije y asentí.

Cogí y me hice un moño rápido y me deslice la camiseta de tirantes hacia abajo y miré a Connor y él se mordía el labio mientras sus ojos me transmitían lujuria y deseo.

-Oh dios lo que tienes ahí niña. -dijo mirando mis marcas. -¿Que te hizo Luke? -me quedé atónita. -¡Dímelo! -me gritó.

-¡Ya mamá! Ella no tiene culpa de nada, si no quiere contar nada es normal. -dijo y volvió a mirarme.

-Oye que mis ojos están aquí. -dije levantándole el mentón para que me mirara a los ojos.

-Es inevitable... ¿Viste todo lo que tienes ahí? -dijo lamiendose los labios.

-¿Aparte de mis pechos? Sí, hay marcas y algo en el cuello que no veo. -dije intentando mirar mi cuello.

Y me abrazó fuertemente y miró a su madre como si hablaran por telepatía.

Que guay, ami me gustaría hablar telepáticamente.

Algún día hablaras así, verás.

Confío en ti.

-Si vuelves a tener los síntomas ven cielo, miraré que puedo darte. Por ahora toma esta pastilla. -me la dio y me la tragué sin más. -¿Sin agua? -asiento.

El timbre suena y salimos de enfermería tomados de la mano, subimos a por nuestras mochilas y nos fuimos a casa, pero esta vez caminando.

Hey, ¡Madison! #BEAwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora