Decidimos ir a su casa, ya que su madre salía 10 minutos más tarde que nosotros.
Cuando llegamos tiramos las mochilas al piso y fuimos a la cocina, o más bien yo le seguí a él.
Por suerte su madre había dejado comida de sobra en la nevera.
Dios empezaba a amar a esta mujer, y sin razón alguna.
-¿Te gusta la carne? -asiento riendo a más no poder. -¿Porque te ríes? -pregunta sonriendo.
-Es que... -vuelvo a reír. -Me parece absurda la pregunta, es cómo si le preguntas a alguien que si le gusta el sexo. ¡Es obvio que si! -sigo riendo.
-Entonces... -dice acercándose. -¿Te gusta el sexo?
-¡Claro! -dijo y río de nuevo.
-Con que te gusta eh... ¿Y que tal si lo hacemos ahora? -pregunta mirándome con deseo.
-No te tocaría ni con un palo de 469 metros de distancia. -dije seria pero se me escapó una sonrisa.
-Uh golpe bajo. -dijo agarrándose el pecho dramáticamente. -Me duele el corazón. -dijo poniendo cara triste.
-Me recuerdas a Max... -dije y pensé. -¡Max! Tengo que llamarlo. -dije cogiendo el móvil.
-¿Quien es Max? -dijo serio y con la mandíbula apretada.
Aquí huele a celos...
-Max es mi Dr. Corazones. -dije levantando el mentón orgullosa de mi hermano menor.
-No me gusta ese tal Max... -dijo enfadado.
-¡Vaya! Espero que te caiga mi madre bien entonces... -dije y marqué el número de mi madre esperando a que conteste.
Vi cómo Connor procesaba las palabras que acababa de decir, como intentando descubrir quien era Max.
Tampoco era tan difícil de saber.
-Hey ma, ¿Está mi novio por ahí? -dije mordiéndome el labio mientras miraba a Connor.
-Te dije que no lo llames así, ahora te lo paso. -dije y noté a través de la llamada como se la pasaba a mi hermano. -Hola vampiresa.
-Hola novio, no soy una vampiresa. -dije seria y Connor se alarmó.
-Oh bueno, ya lo se eso. Sólo era una forma de que te enfadaras, así dejarías de pintarte de ese color los labios. Es desagradable.
-Hablas demasiado bien para apenas tener 10 años eh. -noté como Connor se relajaba y me abrazaba por detrás. -A lo que iba, dile a ma que no voy a comer a casa.
-¿Porque no vienes? ¿Con quien te quedas? ¿A que hora vuelves? ¿Que vas a comer? ¿Te morirás? -dijo y noté como Connor me mordía el lóbulo de la oreja y me lamia el cuello con ganas.
-Tu y tus preguntas de hermano sobre protector... -dije y me paré por culpa de lo excitada que empezaba a estar. -Y no, no me moriré... Díselo y punto... Hasta luego... -colgué mientras mi respiración estaba entrecortada.
-Oh mi chica... Que dulce sabes... -ronroneo.
Espera, ¿Ha ronroneando?
Ha sido un ronroneo ronco, suave y monótono. Está excitado.
-Para Connor... -intenté decir pero a duras penas conseguí balbucear.
-Contéstame a una simple pregunta Mad... -dijo mientras mordía suavemente mi cuello, haciéndome estremecer. -¿Matarías a un ser querido? -dijo y me giró para poder mirarme a los ojos.
Pude ver como sus ojos me miraban ansiosos por mi respuesta, como si anhelara por ello.
Es como si me... Hipnotizara.
Y tanto como tú y como yo, cualquiera se volvería loco por él.
-No lo se... -susurré medio embobada.
-Tienes que saberlo, ahora que eres mujer lobo como yo. -dijo quitándome el pelo de la cara.
-¿Eres una mujer? -pregunté atónita.
-Claro que no Madison. Eres un hombre lobo cómo yo, en este caso una mujer. -dijo tomándome del mentón. -Por eso mismo nos extrañamos al verte la marca de los colmillos en el cuello, y por eso te pregunto esto.
-No puede ser... -digo alejándome por completo.
-No tengas miedo, pronto lo entenderás todo. Sólo dame tiempo y paciencia para explicártelo todo, lo haré, no te preocupes ahora. -dijo abrazándome y besando mi cabeza. -Ahora responde... ¿Matarías a tus seres queridos?
-A mi madre y mi hermano... No. -dije y el soltó todo el aire que tenía en los pulmones.
-Menos mal Mad, sino tendrías que alejarte de ellos. -dijo rascándose la nuca.
-Pero a los demás sí. -dije sincera y sonreí con malicia.
Y aquí es cuando empieza nuestra venganza.
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Hey, ¡Madison! #BEAwards2016
Lobisomem-Hey, ¡Madison! -dijo y me besó y note como se detuvo el mundo, mi mundo. Y así comenzó todo.