VII

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La noche que comenzaron a caer las bombas el gobierno ya no existía, los grandes dirigentes estaban refugiados. En el ejercito el caos se apoderó de los escuadrones, todo soldado huía a refugiarse en cuevas y sótanos, los altos mandos dejaban sus galones antes de dispararse en la sien. Yo no huí, tampoco me suicidé. Me senté a esperar mi destino fatal; la muerte.

Fallout. La vida perdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora