XVI

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Me apoyé sobre ella y bajé la manilla, la puerta se abrió, para mi sorpresa, y dejó pasar la luz del sol que me cegó mucho más de lo que había hecho momentos antes la bombilla de la capsula.

Restregué mis ojos con la esperanza de que pudiera ayudarme a abrirlos antes y funcionó. Ojala no lo hubiera hecho. Lo que vi al abrir los ojos me impresionó y asustó. La tierra estaba seca y resquebrajada, a lo lejos podía ver las ruinas de unas antenas y de unos grandes postes eléctricos que ya no estaban erguidos impasiblemente, eran solamente un amasijo de hierro doblado y oxidado.

Fallout. La vida perdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora