Prólogo

20 0 0
                                    


-¿Cien chicas por cien mil dólares? ¿Hablas en serio, Thomas?

-Sólo si te atreves, y tendrás todo el curso para lograrlo.

-¿Por qué querrías regalarme dinero? - aquel chico pelinegro aún no confiaba en la pureza de aquella propuesta. -No me fió de ti. - vaciló.

Su rubio acompañante lo miró ofendido.

-Vamos, Evan. Has estado alardeando de con cuantas chicas planeas acostarte todo el verano. - explicó Thomas. - Y como estamos a dos semanas de empezar nuestro ultimo año, pensé, - llevándose las manos a su liso cabello, acabó por contar su maléfico plan. - si te será tan fácil ¿por qué no apostar?

-Sabes que no tengo cien mil dolares para ti, ni siquiera los tengo para mi mismo. - admitió Evan, sintiéndose poco conforme al removerse en su silla.

-No quiero dinero, lo haría por el simple hecho de verte fracasar.

-¿Que ganas si pierdo, entonces? - preguntó curioso, el chico que de ambos en la sala, se encontraba más confundido.

-Quiero que me dejes salir con hermana.

-Estás demente.

-Vamos, Evan. Sabes de antemano que no le haría daño a ella, jamás lo haría. - un suspiro largo y tenso salio de los labios de Evan, dudoso.

-No, Thomas, estas loco si crees que dejare que salgas con ella. Te conozco, te aburriras y la lastimarás.

-No haré eso, me duele que lo creas. Además, no debería incomodarte ¿no? Se supone que vas a ganar. A menos que dudes de tu capacidad promiscua. - dicho esto, se lanzó a la cama esponjosa atrás de , en posición victoriosa, conociendo bien que había dado en el clavo. La mirada fulminante de su compañero se lo confirmó.

¿Cuál era el punto débil de Evan Colton? Su ego, y todos lo sabían. Que dudaran de su capacidad de lograr algo, lo enfurecía y lo hacia lograrlo, sobre todas las cosas. Sin embargo, lo que iba a ceder le rompería el orgullo, y lo de tener a Thomas alejado de su primogénita, se iría al caño.

Pero, él era Evan Colton, ¿que tanto podía costarle? Y esos cien mil dolares le darían oportunidades espléndidas.

Lo tenia que lograr. Lo único que tenía que hacer era perseguir a cien chicas para conseguir algo con ellas y tacharlas de la lista. No era tan difícil, , era cruel, pero lo valía. Al fin y al cabo, aveces las chicas buscaban amores de una noche por su cuenta.

Le llevó varios minutos decidirlo, no por la dificultad del problema, sino por lo que estaría dispuesto a perder. A pesar de eso, su voz sonó firme al momento de contestar.

-Esta bien, acepto.

>>

¡Hola! Aquí les dejo el prólogo LLDE, espero que les guste. Estaré trabajando en ella con poca proposición, pero no la abandonaré mucho tiempo.

Gracias por leer.
(+votar)

<<

La lista de Evan [#Wattys2016] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora