Consecuencias

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- Vete de aquí, alguien te puede ver - le dije en voz baja mientras me ayudaba a levantarme.

- Nadie me puede ver Evelyn - contestó mientras se reía - excepto tú.

Me sentía idiota. Todo lo que decía parecía absurdo para él. En realidad no sabía nada de Kirios, por mucho que él sí supiese de mí. Seguí andando hacia mi habitación, notando que él estaba detrás de mi observandome.

Entré a mi cuarto y me senté en la cama.

- ¿Puedo pasar? - me dijo Kirios, asomándose por la puerta.

- Claro - suspiré - Dime, ¿todo esto que significa? - le dije en cuanto cerró la puerta - es decir, ¿no te voy a dejar de ver de ahora en adelante? - empecé a darme cuenta de la situación en la que me dejaba.

- Supuestamente, si te hubieses suicidado nada de esto estaría pasando - contestó mientras se recogía el pelo en un pequeño moño - Evelyn, pocas personas cambian su destino. Hoy era tu día, el día en el que ibas a tirarte por esa azotea, el día en el que darías paso a tu muerte. Al no hacerlo, estoy obligado a dejarme ver en lo que te quede de vida. A no ser claro, que cambies de parecer y decidas tirarte de nuevo, cosa que veo bastante improbable ¿Verdad? - volvió a sonreir.

- Déjame sola, quiero dormir - le dije sin dirigirle la mirada - por favor.

Kirios desapareció nada más que articule esas palabras. Yo abrí la cama y me metí entre mis sábanas lilas. Cerré los ojos, imaginando que nada de lo que estaba pasando era real, que mañana cuando me levantase sería otro día normal. Aunque en realidad sabía que no iba a ser así.

      
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La luz entraba por la persiana de mi habitación y se dirigía directamente a mis ojos. Me desperté, de mala gana. Odiaba levantarme de aquel modo y por eso todas las noches bajaba la persiana, pero anoche se me debió de olvidar. Me puse mis zapatillas de andar por casa de color vino, y cogí mi bata de seda haciendo juego. Salí de la habitación para bajar a tomar el desayuno.

- Buenos días señorita Evelyn, soy Mathew y estoy aqui para servirla - me dijo un chico con uniforme de criado - Daniel se acaba de ir, ¿que quieres para desayunar?

Daniel no había tardado ni un día en contratar nuevo personal. Nunca había sabido hacer las cosas por si solo, era un inútil.

- Buenos días Mathew - le dije con una sonrisa forzada - Graciela era la única que sabía hacerme el desayuno como a mi me gusta, así que ni te molestes. Bajaré y me serviré yo misma, si no te importa - me abrí paso y bajé hacia la cocina. El chico se quedó un poco aturdido, pero en seguida entró en mi cuarto para hacerme la cama.

Cogí una porción de tarta Red Velvet y un café con leche fría. Nunca me ha gustado la comida caliente. Abrí la puerta que daba al jardín para disfrutar del desayuno a la luz del día en la mesa antigua del porche, pero Kirios ya estaba sentado ahí esperándome.

- Buenos días Evelyn, ¿has dormido bien? - me dijo mirando mi porción de tarta.

- Mucho estabas tardando en aparecer - me senté al lado suya y comencé a remover el café - ¿Quieres? ¿O los ángeles no comeis? - le dije ofreciéndole la porción de tarta.

- Ya me gustaría - dijo sin quitarle ojo - si fuese humano no dudaría en probarla.

- Pues hazte humano - dije acabandome el desayuno - Al igual que nadie excepto yo puede verte, imagino que tampoco podrán oirte - los jardineros me miraban extrañados mientras regaban las flores - piensan que hablo sola - reí mirandolos. Apartaron su mirada en cuanto se dieron cuenta de que les había visto.

- Evelyn, si tú me lo pides yo puedo ser un humano - dijo mirándome fijamente - sólo podría hacerlo si tú me lo pides.

- ¿Qué estás diciendo? - le dije sorprendida - ¿Cómo podrías ser un humano?

- Arrancando las alas - nada más que dijo eso no pude evitar mirarle las alas. Eran preciosas.

- No dejas de sorprenderme con cosas nuevas, eh Kirios - le dije riendo para relajar la situación - ¿Quién querría ser humano pudiendo ser un ángel y tener alas?

- ¿Quién querría tener estas alas pudiendo ser un humano sin ellas? - contestó abriendo las alas.

Me levanté para subir a asearme y ponerme algo de ropa para salir.

- No te pediré nunca que hagas algo así - le dije mientras entraba en la casa - No lo haré.

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⏰ Última actualización: Aug 24, 2016 ⏰

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