El Regreso [Eldarya]

El regreso

Por fin, después de casi una semana buscando el círculo de setas por el cual había ido una vez a Eldarya lo encontró. Seguía teniendo ese brillo irreal y mágico con el que lo recordaba y se  mantenía como tiempo atrás, la flora parecía como si hubiese hecho un trato con él para mantenerlo intacto del avance que había efectuado ese último año en el que nadie pasaba por esos parajes.

Sus pies empezaron a caminar solos hacia él, se detuvo y dio algunas vueltas observándolo detalladamente mientras intentaba recordar si bastaba con solo situarse encima, pero su mente le jugaba una mala pasada, dejándola con la duda.

Suspiro resignada y decidió que eligiese el destino entrando por fin en el círculo con valentía sabiendo que si había encontrado las cosas necesarias para volver una vez lo podría hacer dos. Al comienzo no sucedió nada, pero cuando ya iba a desistir sintió como una corriente de energía pasaba a través de su calzado y la recorría por dentro mientras todo a su alrededor se desvanecía, cerro los ojos con fuerza para evitar el mareo.

Abrió lentamente sus dos orbes violetas incapaz de reconocer donde había aparecido, pero por los árboles iluminados por el Sol de la tarde, supuso que en los bosques colindantes del QG, así que animada y emocionada por su llegada empezó a correr dejando a sus pies guiarla por donde creyesen conveniente de aquel bosque y esquivando con agilidad árboles, arbustos y raíces.

Había estado entrenando para cuando volviese, ya que añoraba ese mundo, no haber recibido el entrenamiento que le había impartido Jamon en vano y quizás sorprender a los jefes de guardia, aunque sabía que eso ya era demasiado pedir.

Corrió y corrió hasta que se encontró con que la maleza se apartaba dejando ver un tranquilo claro en la cima de un acantilado. Se detuvo a recuperar el aliento y observo desde allí intentando establecer algún punto de referencia para poder encontrar la "civilización" , pero solo veía océano al frente y bosque a sus espaldas.

Decidió que lo mejor seria avanzar paralela al mar, ya que no disponía de la habilidad  para subir a la cima de un árbol, por no hablar de que nunca en su vida lo había intentado ni tan siquiera.

Siguió caminando por un tiempo indefinido que le parecieron horas, además de que el Sol ya estaba encaminándose a ocultarse de su vista tras el mar, y si eso pasaba tendría que desistir de su búsqueda y pasar la noche a la intemperie. Cosa que no le hacia mucha gracia.

El disco solar ya se encontraba paralelo a la inmensidad azul cuando algo pequeño se le tiro a la nuca, asustando, arañando y mordiendo a la castaña que después de un grito empezó a manotear para agarrar lo que quiera que fuese. Después de muchos arañazos y mordidas en las manos y la parte posterior del cuello, logro agarrar aquella cosa peluda, la cogió por el cogote y la puso enfrente suyo a una distancia prudencial de su cara.

–¡Pequeño diablo!

Soltó enfurecida viendo que sostenía a un familiar, no sabia decir a ciencia cierta si seria salvaje o alguno mandado de búsqueda, si era lo segundo ahí estaba su salvación de seguir vagando sin rumbo por ese bosque.

El familiar hacia un extraño sonido, lo que tomo por un bufido o algo semejante, mientras intentaba soltarse en vano, hasta que por fin desistió y Gardennie pudo observar claramente las características del animalillo. Se sorprendió, aquel familiar se parecía mucho al de Leiftan, o quizás lo era. Animada por el descubrimiento decidió que si era de el compañero de Miiko debería de acabar volviendo, así que lo posó en el suelo, acto que hizo que empezase a correr hacia el interior del bosque.

No dudó ni un segundo y lo siguió corriendo entre los arboles, sabia que si resultaba que no era el familiar que creía acabaría todavía más perdida, pero si lo era dejaría de encontrarse perdida.

Así pues siguió al extraño panda, no sin cierta dificultad, la luz desapareció al cabo de unos largos minutos, cosa que hizo más complicada la persecución, ya que la luna no estaba lo suficientemente alta y no iluminaba lo suficiente, causando algunos tropiezos y casi caídas, pero cuando ya estaba a punto de desistir pudo observar el fin del bosque, y un árbol en el que se había fijado la primera vez que fue, a unos cuantos metros.

Se detuvo dejando ir en aquella dirección al familiar y recuperó el aliento, había tenido mucha suerte de encontrarlo y de que fuese el correcto. Una vez que se recompuso empezó a caminar en aquella dirección con el corazón en un puño por saber como reaccionarían al verla y como estaría todo allí.

Cuando salio del bosque, siguió el camino marcado, y que en efecto era el correcto, casi con ansiedad, había anelado volver y minutos antes casi había pensado que no lo lograría. 

Una vez hubo llegado a la "muralla" que daba al paseo interior empezó a darse cuenta de que algo no iba bien, una de las puertas se encontraba arrancada de sus bisagras en el suelo y la otra se sostenía a penas por una de las varias bisagras que poseía. No se detuvo, continuo mientras pensaba que podía haber pasado con las puertas, manteniendo  una ligera esperanza positiva de que en realidad no fuese nada. Pero, empezó a esfumarse rápidamente dejando a la negatividad y el miedo entrar. Las casas tenían algunas las puertas en el mismo estado, habían objetos personales y de las mismas viviendas tiradas por el suelo sin ninguna delicadeza ni orden. El paisaje era todavía mas precario cuando llego a las tiendas, los cristales de las que tenían escaparate estaban destrozados dejando los interiores llenos de pedacitos de ellos y mostrando la mercancía tirada por los suelos o rota.

La imagen se le clavaba como agujas en el corazón, temiendo seguir adelante hasta el edificio que era su principal objetivo al principio, pero sabia que ya era demasiado tarde para regresar, sus pies estaban avanzando hasta el y entrando, pasando por encima de las puertas derribadas. Notaba sus ojos ardiendo en ganas de llorar, aquello no se encontraba tan mal como el exterior, pero era mucho mas siniestro, se podían observar signos de lucha, armas abandonadas y...espera un momento, ¿¡Eso rojo era sangre?!, deseó que no fuera así. La cocina era la que más daños había recibido, estaba saqueada y destrozada junto con el "laboratorio".

Incapaz de sobreponerse a los hechos empezó a llorar como si de ello dependiese su vida, sintió como todas sus fuerzas la abandonaban y se sentó lentamente en las escaleras del vestíbulo, se cubrió suavemente los ojos con sus manos y se dio cuenta de que tenia algo de sangre en ellas proveniente de las heridas del familiar, pero no le importo, solo quería llorar y fue lo que hizo olvidándose de todo a su alrededor...