Capítulo 9 - Encerrados

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Tumbados en la azotea, viendo las nubes pasar. Giro la cabeza y encuentro esos brillantes ojos azules fijos en mí. Le regalo una sonrisa, él me guiña un ojo y reímos.

Sinceramente, amo este tipo de momentos. Me podéis considerar cursi o lo que sea, pero disfrutar del tiempo con las personas que aprecio es algo que no cambiaría por nada.  Y sí, aprecio a Armin. Lo aprecio más que a cualquiera de aquí, pues desde el principio fue el mismo conmigo y, aunque aún no nos conozcamos a fondo, espero que lo hagamos más adelante. 

-Mira, prueba esto.- abro la boca y él me da a probar un trozo de bizcocho preparado por su madre. Automáticamente, siento mi boca derretirse.

-¡Está delicioso!- chilló, emocionada. Él sonríe, orgulloso.

-El bizcocho de mi madre adoptiva fue fundado por los dioses.- nos reímos, pero tras analizar sus palabras lo miro, confusa:

-¿Eres adoptado?- él, aún sonriente, responde:

-Sí, y Alexy también, aunque nos adoptaron en diferentes momentos.- veo como su sonrisa empieza a flanquear.- él era un niño muy adorable y lo adoptaron a sus tempranos tres años. Yo, en cambio, siempre estaba metido en mis consolas y no prestaba atención a nadie. Cuatro años después de la adopción de mi hermano, apareció él con nuestros nuevos padres y me llevaron con ellos. A mi hermano le costó convencerles, pero al final lo consiguió y ahora aquí estoy.- cuando se da cuenta de que ya no sonríe, me regala una sonrisa forzada, pero se nota el dolor detrás de sus palabras. Yo le miró con preocupación y coloco mi mano sobre la suya, en señal de apoyo. 

Nos quedamos mirándonos fijamente y veo el sufrimiento en su mirada. Siempre me han dicho que se me da bien entender y comprender a las personas y, aunque siempre me lo tomé como un simple cumplido, ahora me doy cuenta de que es verdad. Entiendo, comprendo a Armin. Es un chico que, aunque siempre sonría y se muestre amable, por dentro sufre y lo único que desea es un poco de amor.

 Es un chico que, aunque siempre sonría y se muestre amable, por dentro sufre y lo único que desea es un poco de amor

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Entonces, hago lo único que se me ocurre; lo abrazo. Mis brazos lo rodean cálidamente y y él apoya su cabeza en mi hombro. Su cuerpo, al principio tenso, se relaja y mientras, acaricio los mechones azabache de su cabello.

-¿Haces eso con todos los chicos deprimidos que conoces o soy una excepción?- me pregunta después de unos minutos. Yo sonrío aliviada al ver que ha recuperado su habitual humor. 

-Tú eres especial.- respondo y él, como respuesta, acaricia mi espalda. Siento mi cuerpo estremecerse, pero no me muevo. 

-Ejem...- escucho el carraspeo de alguien detrás mio y me separo del pelinegro rápidamente. Cuando me giro veo al hermano gemelo de Armin mirándonos con una sonrisa pícara. 

-Eh... ¿pasa algo... Alexy?- pregunto al acordarme de su nombre. Armin sólo lo fulmina con la mirada. 

-Nada, tranquilos. Sólo pasaba por aquí. Por cierto, el timbre acaba de sonar.- responde, aún sonriéndonos de una manera tan burlona que me incomoda.- Vamos.- 

Corazón de melón: Detrás del videojuego [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora