Nuevos aliados

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Los ojos de Selena se abrieron muy lentamente. Lo primero que sintió al recobrar la consciencia fue dolor por todas partes. Le dolía la cabeza, las rodillas, las piernas, los brazos... intentó moverse pero le costaba, así que decidió dejarlo. Notó que estaba tumbada en algo blando, como una especie de manta. A medida que sus ojos se iban abriendo, notaba cómo una fuerte luz la encandilaba, lo que dañaba su vista. Quiso apartarla pero como casi no podía moverse a causa del dolor le resultaba imposible. ¿Cuánto tiempo llevaba allí? ¿Qué es era lo que había pasado? Le costaba recordar los hechos ocurridos. No obstante, una voz femenina bastante escandalosa interrumpió su tranquilidad. 

-¡MIREN, MIREN, ESTÁ VIVA! -gritó alguien, al parecer una chica. El sonido provenía de la izquierda-

-Gracias a dios... pensaba que no iba a salvarse... -oyó otra voz, también aguda-

-¿Qué deberíamos hacer? -esa voz era más grave que las anteriores, seguramente pertenecía a algún chico-

-Vayamos a saludar... ¿no? -comentó otra voz distinta-

-Yo no me acerco, ¿qué pasa si nos ataca? -al parecer había bastante gente allí-

-¿¡A-ATACARNOS!? -gritó la segunda voz, alarmada-

-No sean estúpidos, no va a reaccionar así. Es de fiar. -sin embargo, Selena sí que conocía esa voz. Era la de Chryssa-

-Exacto... -y ese... ese era Günter, sin duda. ¿Estaría Naseer por alguna parte?-

-Puedo acercarme yo si lo prefieres, muñeca. -efectivamente, su forma de dirigirse a las chicas es inconfundible. ¿Qué estaban haciendo allí?-

Mientras toda esa gente debatía sobre el qué hacer con ella, lo único que Selena quería era irse de allí, aunque fuese moverse. Intentó levantarse, pero fue nuevamente interrumpida... por la propietaria de la voz que la interrumpió con anterioridad.

-¡HOLA! -la saludó ella, feliz y energética. La simplona no pudo verle la cara muy bien debido al contraluz y a que sus ojos aún no terminaban de ver bien, pero distinguió que tenía el pelo corto y de color turquesa- ¿Eres Selena? ¡Encantada, yo soy Hikari Yoshida, 15 años! -hizo un gesto raro-

-¿Eh... q-qué...? -a Selena le costaba responder. Entonces, Naseer y Günter se le acercaron-

-Hola, Selena... -la saludó el pelirrojo, algo tímido-

-Buenas, preciosa. -Naseer hizo una reverencia- ¿Me permites? -aunque se lo había preguntado no le dio tiempo a contestar, y el chico ayudó a Selena a ponerse derecha. Gracias a eso la luz ya no le molestaba-

Dejó su vista reposar unos segundos, y cuando pudo al fin abrir los ojos los vio a todos. Como si de una asamblea se tratase, había cuatro personas (sin contar a Chryssa, Günter, Naseer e Hikari) sentadas en una especie de sillones bastante viejos. La sala en la que Selena se encontraba era muy pequeña y no aparentaba estar demasiado cuidada, con las paredes agrietadas y cosas por el estilo. Había una estantería con unos pocos libros, pero no mucho más. La chica que la saludó se sentó a su lado y empezó a hablarle. Como Selena ya había notado, tenía el pelo corto y de color turquesa. Tenía los ojos amarillos y vestía con una chaqueta roja, debajo de la cual guardaba una camiseta negra. Era de piel clara y poseía gafas. Se la veía una chica bastante amistosa y energética, casi parecía hiperactiva.

-¿Sabes? ¡Pensábamos que esa caída te había matado! Desde luego, ¿cómo se te ocurre ir por ahí sin ninguna luz?

-Eh... ¿de qué estás... hablando? -Selena movió sus pupilas lentamente y se fijó que había sangre en el suelo, lo cual la asustó- ¿¡De quién es... esa sangre!?

Doce jueces, doce culpables. #CloudAwards #WGA2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora