CAPÍTULO V

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ESCUCHÉ el cerrar de la llave de la regadera y volví de dondequiera que estaba al planeta Tierra. Su mano disponible se apoderó de la toalla que se encontraba estratégicamente colocada cerca de mí (precisamente al nivel de mis caderas), y como pudo secó su cuerpo. Eso me daba a entender que había terminado de bañarse y yo había estado baboseando en la luna como para no haber aprovechado y darme un buen taco de ojo.

—Qué inteligente de tu parte al colocarnos las  esposas, se ve que la estás pasando mal. —Me aventuré a sonar un tanto burlesca.

—Oh, pero si esto es como un parque de diversiones para mí, Ámbar… —respondió con su seductora voz y yo rodé mis ojos.  

—Sí, lo que digas… —respondí ignorando su  comentario. Por el  ajetreo en mi mano, supuse que estaba intentando vestirse así que me aventuré a mirar por encima de mi hombro, lamentándolo, pues su bonito torso estaba cubierto por la toalla.

—Calma, calma, ya casi estoy ahí, pronto podrás  ducharte.  —dijo  en un  calmado tono  que sé que  si  algún día me  encontrase  sin  poder dormir,  sólo  necesitaría su voz  para arrullarme  como  canto  de  madre.  Mi madre.  A estas  horas…  no,  sacude ese  pensamiento  de  tu cabeza,  Ámbar. Él  dijo que  iríamos  a  ver  qué pasaba  con mi  madre,  espero  no  se  haya  retractado. 

—No quiero ducharme... Hng... —Llevé mi mano libre hacia mi vientre, sintiendo lo peligrosamente abultado que estaba. Sus hermosos ojos contemplaban la zona que comenzaba a masajear.

—¿Ya te orinas? —preguntó despreocupadamente, como si de dar la hora se tratase.

—Ugh... ¿puedes decir "necesitas usar el baño con urgencia", en vez de "ya te orinas"? —Hice mi mejor intento de imitar su masculina voz; no lo logré pues él se estaba carcajeando.

—¿Y qué? —Limpió con el dorso de su mano el camino de una lágrima en su rostro provocada por lo fuerte que se estaba riendo. —¿Hablaros como si estuviérais en un palacio y vosotros fuerais la princesa de este? "¿Os suplico que baje propiamente vuestras enaguas, mi lady, para que vuestro majestuoso trasero no quede impropiamente empapado?" ¿Así? —Esta vez su risa era algo que no podía tomar; estaba riéndose a rienda suelta.

—Has como te dé la gana, —la seriedad se apoderó de mi tono de voz y en consecuencia él dejó de reír. —Mientras me dés mi respectiva privacidad para hacer mis necesidades. —Como esperaba, él se calmó y me dio la mayor privacidad que hasta ese momento podía.

—Listo, —subí el cierre de mi short como pude. Caminando para quedar frente a mí, me sonrió y me hizo señas con su cabeza para que me metiera a la ducha, rebuznando le obedecí y esperando a que se diera vuelta me preparé para desnudarme parando en seco pues había olvidado alistar ropa para cuando saliera de la ducha.    

—Espera, olvidé algo…

—¿El  qué? ¿Mi beso de buenos días? —preguntó sarcásticamente.

—Ese ya... me lo robaste y,  me refería a la ropa…

—Oh, cierto. Quédate detrás de mí mientras camino hacia donde está la bolsa de compras. —Y así lo hicimos. Con cautela caminamos hasta donde se encontraba la bolsa y de ésta extrajo un lindo y deslavado short, una remera que supuse no me llegaría a más allá de los muslos y unas zapatillas de correr de mi marca favorita. Pasándolos por detrás, me tendió el atuendo que tomé con mi mano libre, además de que me pasó una diminuta llave.

<<Ese bastardo…>>

—Listo, lo tengo. Ahora, podemos regresar a la ducha. —caminando en reversa, lo que tomé como broma.

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⏰ Última actualización: Aug 29, 2016 ⏰

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CRIMINAL (CRIMINAL SERIES #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora