Un pequeño rayo de luz le dió directamente en el ojo, interrumpiendo su sueño; abriendo los ojos y buscando el origen de esa pequeña luz se arrastró en el suelo. Sin orientación alguna del lugar en el que se encontraba maldijo por lo bajo, la cabeza le daba vueltas y su cuerpo se sentía pesado, pero eso no evitó que se moviera para acercarse al hoyo que dejaba entrar un poco de luz.
Una vez cerca de ese hoyo, trató de cer hacia afuera, poniendo alerta a su oído por el mínimo ruido que escuchara. Vé pasar a alguien frente a él, o más bien, frente a la puerta de metal oxidado. Y es ahí cuando se da cuenta de que estaba en algo parecido a un covertiso pero más grande, tal vez en el sótano de un edificio o una casa.
Hay dos hombres afuera, sin armas o algo con lo que poder defenderse. Frunció el ceño, no entendía. Se supone que estaba prisionero, ¿no debían estar armados? Le restó importancia al asunto y analizó la situación.
Obviamente le daba un poco ventajas que no estuvieran armados, la puerta de esa habitación estaba en mal estado, ellos eran dos y él uno, pero si hallaba algo que le sirviera de arma podría salir se allí. Se dió la vuelta en su lugar y con un poco de esfuerzo logró ponerse de pie.
No estaba lastimado ni nada, pero su cuerpo se sentía pesado, como si llevara dos bolsas con cemento en la espalda. Agudizó su vista y la pasó por todo el lugar, observando lo que parecían ser un montón de cajas, estantes, sillas, madera y un baúl.Decidió buscar un arma, luego revisaría lo demás. Caminó despacio, con un brazo sobre su abdomen ya que justamente allí sentía un hoyo, tal vez por el hambre o la angustia.
Tropezó con algo pero logró estabilizarse antes de besar el suelo. Maldiciendo miró con qué se había tropezado, encontrando un palo de madera con clavos insertados. Perfecto, eso le ayudaría con los tipos de afuera.
O eso esperaba.
Suspiró angustiado y caminó directo a las cajas apiladas en una esquina, abriéndolas ain hallar nada, cuando estuvo frente al baúl notó que éste tenía una cadenas con candados alrededor y que además tenía unos agujeros en la tapadera.
Extrañado intentó retirar las cadenas, se extrañó aún más cuando éstas cedieron dejándole el paso libre. Al levantar la tapa dió un respindo y soltó un jadeo del susto.
Una mujer, a su parecer joven, con los brazos y piernas atados con sogas y una cinta alrededor de su boca, cubriéndole hasta la parte de atrás de la cabeza, y un pañuelo cubriendo sus ojos.
Asustado se percató de que respiraba. Sin pensarlo dos veces la sacó del baúl y desató el pañuelo, permitiéndole ver. La mujer al principio le dirigió una mirada de ira pero cambió rápidamente a una de alivio y esperanza.
-Te ayudaré.- Susurró él, levantándose para buscar algo con lo que cortar la cinta y las sogas.
Lo único que hayó fueron pedazos de vidrio, pensando que tal vez le ayudarían regresó con la mujer, cortando rápidamente la cinta que cubría su boca. Ella soltó un suspiro, humedeciéndose los labios y carraspeando un poco.
Debido a la escasa luz no pudo verle bien el rostro pero sí pudo apreciar ese par de ojos identicos a los de TaeMin.
TaeMin...
-Me tienes que ayudar, porfavor...- Musitó ella con dificultad.- Ayúdame, él le hará daño.
-¿Quién eres?- Preguntó en un susurro.
-Yo...- Ella titubeó pero él le sonrió, tratando de calmarla sólo con eso.- Me llamo MinYoung.
-¿Qué haces aquí? ¿Por qué estás aquí? ¿Te encuentras bien?
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Mi Destino Fantástico
FanfictionChoi Minho, un joven de 17 años, estudiante en Artes. Encontrará la felicidad en una "persona" muy especial y le entregará todo su amor. Lee Taemin, un hada con 17 años de edad, pequeño y adorable. Abandonado por su padre, "adoptado" por una pareja...