Sosiego.

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Mis largas piernas recorrían cada pasillo del hospital, mi presencia siempre era imponente ante los demás doctores del establecimiento, mi rostro tenia una gesticulación que mostraba más molestia de la habitual, llegue hasta donde se encontraba la secretaria encargada de recibir las llamadas y me otorgo el teléfono, después pulso el botón para que se reproducierá la grabación de la llamada que me había sido bloqueada por motivos "secretos del gobierno".

--"Pinche YiFan, tengo secuestrado a tu hijo KyungSoo, no te diré donde pero lo tengo, o regresas a la iglesia y me ayudas en algo o tu retoño se muere cabrón." ... "Pinche YiFan, tengo secuestrado a tu hijo KyungSoo, no te diré donde pero lo tengo, o regresas a la iglesia y me ayudas en algo o tu retoño se muere cabrón."

Como en todos mis años había hecho, me mantuve calmado, creí que seria algo mucho más importante que una llamada de ese tipo. Le entregue mi bata a la secretaria y me dispuse a tomar el elevador, era momento de retirarme por el día de hoy, al salir por las puertas del hospital un frío viento golpeó todo mi cuerpo, había estado lloviendo y yo no me había dado cuenta de eso, estúpido hospital.

Fui hasta mi Aston Martin One-77 y comencé a conducir, en uno de los tantos semáforos de la ciudad aproveche para sacar mi móvil y llamar a casa para comprobar que mi pequeño realmente estuviese a salvo, aunque conociendo a LuHan no seria capaz de secuestrar a un niño por su cuenta. Conducir por la carretera era algo que realmente no era mi estilo y menos yendo en un auto como el mio. La fauna que se apreciaba al lado de la carretera fue disminuyendo y dio vista a un pequeño pueblucho, había regresado después de tantos años.

Deje mi auto fuera de la tan dichosa iglesia y me encontré con la noticia de que había una patrulla ahí, también una motocicleta. Iba caminando hasta las puertas de la iglesia y un muchacho salio de esas, suspirando con pesadez, se asusto al notar mi presencia y con una cara que parecía de drogado me susurro.

--No entres por aquí, no hay nadie, entra por la otra entrada.

No pensé en ni agradecerle pero tome su sugerencia y fui directo hasta la pequeña casa de dos plantas color gris que se encontraba unida a la estructura de la iglesia, el orfanato. Me aclare la garganta y con mi mano diestra di dos golpes en la puerta, no pasaron más de cuarenta segundos para que una chica abriera y me diera una mala mirada.

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⏰ Última actualización: Jun 21, 2017 ⏰

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