El estúpido despertador suena y muevo mi mano con pereza para apagarlo, cosa que no puedo lograr con los ojos cerrados.
—No. Quiero. Ir. A. La. Escuela —digo para después cubrir mi cara con la almohada.Mi madre comienza a tocar la puerta frenéticamente —¡Simón, despierta; debes ir a la escuela! —grita y no tengo más remedio que levantarme.
—Si mamá —logro pronunciar, con la voz un poco ronca por acabarme de despertar. Miro la fotografía de ella y seguidamente, la nota que le escribí ayer—. Hoy es el día —dije para mi mismo y luego me dirijí al baño para mi rutina de aseo personal, la cual me obligan a cumplir.
Me visto con mis pantalones verdes, mis favoritos por cierto, y una franela blanca. Para evitar peinar o siquiera tocar mi cabello, me coloco mi gorro gris.
Me detengo un momento frente a la puerta de mi cuarto y susurro para mi mismo—¿En serio lo voy a hacer? —golpeo mi frente contra la puerta y sinceramente, no hace ningún efecto de dolor en mi.
—Tengo que hacerlo —digo un poco más fuerte. Sé que tengo que proteger a Anabett como sea, y si para ello debo arriesgar mi vida y hablar con Simón, su novio, lo haré.
Ocurre un debate en mi interior, acerca de si debo salir de mi habitación y enfrentar este día y lo que estoy a punto de hacer, o no. Opto por no ser cobarde y salgo de mi habitación, dirigiéndome a la cocina para desayunar algo y saludar a mi mamá.
Papá no está en casa, hace días que no lo veo, pero no he de preocuparme puesto que siempre lo hace. Al acabar mi desayuno y ser ignorado olímpicamente por mi madre, tomo mi mochila y me dirijo a la escuela. Usualmente tiendo a ir sumido en un silencio tranquilizante, pero supuse que eso no ayudaría esta vez con mis nervios.
Tomo mi móvil y le conecto los auriculares, que luego se depositan en mis oídos. Pongo el reproductor de música en aleatorio y suena oportunamente Let it go por James Bay. Si tenía alguna mínima duda, esta canción me liberó de todas ellas. Me sumo en mis pensamientos hasta darme cuenta que he llegado a la escuela.
Suspiro profundamente antes de entrar al edificio. Voy con pasos lentos y miedosos, intento regular mi respiración pero creo que los nervios me consumen. No veo la hora de hablar con Andrew de una buena vez, pero a la vez estoy asustado. Si es él quien planea el bullying que me hacen, estoy perdido.
De nuevo encuentro mensajes ofensivos en mi casillero, pero no les doy mayor importancia. Busco con la mirada a Andrew y lo veo hablando animadamente con unas chicas.
Veo que las chicas se alejan paulatinamente y me acerco a él, con las piernas temblando. Carraspeo para que note mi presencia, y cuando lo hace, ne dirije una mirada inexpresiva.
—H-hola —dije con temor.
—Hola. Simón, ¿verdad?
—Si. Yo... vine a hablar contigo acerca de algo— sentí como mis manos sudaban frenéticamente, quizá no debería estar hablando con él. Quiero huir.
—Oh ya veo, ¿puedo saber de qué se trata? No tengo mucho tiempo —acotó acercándose peligrosamente a mí.
—Ok —trago saliva y tomo aire antes de continuar—. Tengo entendido que Anabett es tu novia, y creo que has notado lo mucho que me importa y es por eso que planeas las mil y una formas de enviar a tus secuaces a hacerme daño. No te pido que te detengas pero vine a decirte que dejaré en paz a tu novia, pero por favor tratala como merece.
Él ríe—. Anabet... mi... ¿novia? —él sigue riendo y yo no entiendo el por qué—. Chico creo que estás algo confundido...
—Pero yo... —no me dejó continuar pues me interrumpió.
—No tengo tiempo para rodeos. Anabett es mi hermana, me habla día y noche de tí. Lamento si el hecho de que siempre me encontraras en la escena del "crimen" contra ti, pero ella me envió a protegerte, y siempre intento ahuyentarlos antes de que tu llegues al lugar donde te humillarán —me sonríe—. Tengo que irme a clase Simón, te advierto que si le haces daño a mi hermanita, te castraré —ríe y se aleja.
Sonrío y me recuesto contra los casilleros. —¿Es una broma?
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TA-DA~ Wow 725 palabras, es un logro enorme para mi. Espero que les guste porque lo hice con demasiado amor, esfuerzo y dedicación para tí personita hermosa que lee esto.
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La Chica Del Autobús
Short Story-Disculpa, ¿qué autobus debo tomar para llegar a la nueva tienda de videojuegos? -El número tres -sonrió con esa perfecta sonrisa que me dejó embobado -. Es mas, yo tomaré ese también, sígueme. No sabía que la chica del autobús cambiaría mi vid...