Él

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Me quedé un poco después en la prepa cuando Saulo se fue, estaba muy triste, ya no podía estar con la persona que quería, salí corriendo afuera del salón y choqué contra alguien y caí.
Omar: -Lo siento no me fije si venía alguien, en serio lo siento- me sobe la cabeza y al mirar a la persona con la que me había chocado, vi a un chico, muy lindo, con una sonrisa tan agradable y dulce, ¿Porqué sonreía aún cuando choqué con él?
Daniel: -Soy Daniel, no es tu culpa el que chocaramos, también es mía, pero permíteme ayudarte- me dio la mano y me levantó, era algo fuerte y nunca paraba de sonreir.
Omar: -Gr-gracias.
Daniel: -No pasa nada, bueno, mucho gusto en conocerte, mi salón está a un lado del tuyo, pero, ¿Porqué estás tan tarde aquí y solo?
Omar: -Una larga historia, muy larga.
Daniel: -Pobre, espero no estés lastimado, si quieres te acompaño a tu casa.
Omar: -N-no, así está bien no pasa nada, yo me puedo ir solo- le sonreí, y caminé rápido hasta asegurarme de salir de la vista del chico, pero me agarró del brazo.
Daniel: -Yo te acompaño, ¿Sí? - parecía de verdad querer acompañarme a toda costa. Fue mucho para mí, su mirada en mí, era mucho. No pude negarme.
Omar: -E-está bien.
Daniel: -¡Qué bien!, espera, ¿Por dónde vives?
Omar: -Eh, tu sólo sígueme- no entendía porque quería acompañarme si ni siquiera sabe donde vivo.
Daniel: -Bien caminemos y mientras lo hacemos puedes hablarme de ti- dio unos paso y me volteó a mirar con una sonrisa tan linda. Empecé a caminar con él, mientras eso pasaba me contó muchas cosas de él y yo le conté de mi, el juega fútbol, me dijo que está en el equipo de la preparatoria y me invitó a ver sus partidos.
Omar: -Ya casi llegamos, unas casas más.
Daniel: -Está bien, yo dijo que ya me voy despidiendo de ti, tengo que ir a entrenar.
Omar: -Sí, cuídate, suerte en tu entrenamiento y gracias por acompañarme.
Daniel: -No es nada, me gustó acompañarte eres divertido. Oye que tal si mañana vas a ver mi partido, ¿Si?, es después de clases.
Omar: -Oh está bien, ahí te veré- iba ya a irme para mi casa cuando de repente me dio un abrazo y se fue. A veces no entiendo a los hombres.

Toda la tarde desde que llegué a casa me la viví pensando en Saulo, no quería estar enojado con él, yo lo quería, y era mi amigo. Se me pasó toda la tarde en pensar en él ya tenía que dormir, y no quería soñar con él, bueno si; cerré los ojos y lo único que vi fue la sonrisa de Daniel.

Desperté, soñé muchas cosas malas y sucias toda la noche, no quería recordarlas, fueron demasiado para mi, y más con la persona con la que lo soñe, me cambié rapidamente y me fui a la prepa, tratando de no recordar mis sueños, pero entre más quería olvidarlos más los recordaba.

Miriam: -¡Pasiva! ¡Pasiva! ¡Pa-si-va!- estaba en mi mundo pensando, cuando escuché la voz irritante y fea de Miriam.
Omar: -¿Qué quieres?
Mirian: -Por lo que veo no solucionaste el conflicto Saulo, y ya que Saulo ya no te habla, te fuiste ayer con Daniel Copias, loquilla- lo dijo con una voz muy extraña.
Omar: -¡No, no solucione el problema con Saulo, y no lo deje¡, y ¿Quién es Daniel Copias?
Miriam: -No te hagas loco, Daniel Copias es él chico con el que te fuiste ayer a tu casa loquilla.
Omar: -¿Cómo sabes que me fui ayer con él? ¡Me espías!
Miriam: -No te espío, sólo te observo junto a Dany.
Omar: -Eso es espiar tonta, espera, ¿Y porqué le dices Daniel Copias?
Miriam: -Ja, ja, ja, es un secreto, adios pasiva- se retiró caminando hacia atrás y riéndose de una forma espeluznante. A veces me da miedo ella. Me enfoqué de nuevo en lo que iba a hacer cuando volteo y y veo a Saulo a unos pasos de mi, él sólo se marchó.

Saomar (Ship)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora