«Tan hermosamente, fue algo natural que te quedaras a mi lado. Tal vez por eso no note que la ruptura vendría tan pronto».
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Keisi se encontraba mirando el campo de fútbol frente a ella, en realidad lo miraba a él, Jae Bum aquel chico de cabellera cobriza que le quitaba el aliento desde que tenía edad.
Suspiro por milésima vez y siguió con sus ejercicios antes de que le llamase la atención su profesor de física.
Nuevamente se había distraído.
Después de unos minutos de entrenamiento, el maestro decidió darles unos minutos para asearse para la siguiente clase.
Camino hacia donde se encontraban los salones de baño, donde le aguardaba una agradable ducha para seguir su jornada de clases.
Sus compañeras terminaron rápidamente y ella era la última como siempre en alistarse, dio los últimos retoques a su maquillaje, salió de ahí con prisa, ya solo le quedaban cinco minutos para llegar a la siguiente clase y si no llegaba sin duda no la contaría.
Se detuvo un instante en la puerta para guardar sus accesorios cuando sintió unas manos rodear su cintura con fuerza.
Ese aroma era inigualable, solo él era el portador de tan embriagadora fragancia. Una sonrisa curvo sus labios y giro sobre sus talones para rodear el cuello del chico frente a ella.
—Siempre me sorprendes, amor—. Expreso aprisionando sus labios entre los suyos.
—Me encanta cuando me recibes de esta forma.
Articulo el de cabellera cobriza con una sonrisa ladina, separándola de él unos instantes.
Ella sonrió de lado mientras él tomaba la iniciativa esta vez.
—Tengo que irme, el profesor de literatura esta por entrar al salón, debo entrar.
Explicó ella separándose de él muy a su pesar. Mientras él seguía depositando pequeños besos en su rostro.
—Quédate un momento más, te necesito.
—¿Tanto como para formalizar nuestra relación? —Cuestionó sin rodeos.
Él al escucharlo se detuvo en seco, cerró los ojos y los abrió para mirarla.
—Sabes que eso solo es una formalidad demasiado cursi, eres mía y eso no cambiara—. Expreso con firmeza.
Ella se separó de él con la mirada entristecida.
—Puede ser algo "cursi" para ti, pero yo quiero que todos sepan que eres mío, así como yo soy tuya.
Explicó, para que de alguna u otra reaccionase ante su renuencia de formalizar su relación, sobre todo hacerla pública.
Ya llevaban dos años saliendo a escondidas, el motivo, él era el típico chico popular y ella, una estudiante común, no la chica nerd, pero común como todas las demás.
Quizá, era momento de dejar ir esta relación, quizá... ¿debería dejarlo ir?