Capítulo 4

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Por un momento sintió que el aire le hacía falta y si no fuera por él apretón que su mejor amiga le brindaba en su antebrazo, podría jurar que era mentira

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Por un momento sintió que el aire le hacía falta y si no fuera por él apretón que su mejor amiga le brindaba en su antebrazo, podría jurar que era mentira.

Inhaló con dificultad. Tomó valor de algún lado de su ser, remotamente escondido y decidió ser fuerte.

No podía caer en sus brazos a la primera de cambio. No después de esperar más de un mes para que el cambiara de decisión, si es que había cambiado.

— Creo que te has equivocado de persona—. Respondió logrando calmar el manojo de nervios que le invadían con solo escuchar su voz.

— Sabes que es a ti a quién busco.

— ¿A mí? ¿Se puede saber para qué?

Su amiga comprendió la situación después de verle a los ojos, Jaebum mostraba un semblante apenado y no quería incomodarlo, así que decidió mejor darles espacio.

— Me retiro, te espero en la salida.

Keisi asintió, no muy convencida.

— ¿Podemos hablar en un lugar menos...visto?

Keisi había reconsiderado, quizá volver con él, darle una oportunidad si él mostraba un cambio. Sin embargo, ese cambio se veía demasiado lejano. Él seguía siendo el mismo.

— Me voy.

— Espera—. Jae Bum le detuvo del antebrazo—. Esta bien, entiendo, hablemos aquí, pero por favor, no te vayas.

La castaña miró su mano puesta en su antebrazo. Mensaje que el entendió al soltarla de inmediato.

— Te escucho—. Expresó.

—  Kei, no sé como comenzar, yo...

— ¡Cariño! ¿Qué haces aquí? Te están buscando los del equipo—. Informó una azabache prendiéndose de su brazo.

Keisi miró la cercanía entre los dos y sabía que no podía hacer nada ante su repentina cercanía. Le incomodaba, si. Demasiado.

— No te preocupes yo te paso las respuestas del exámen— Expresó girando sobre sus talones.

— Espera...

— ¿Qué es lo que sucede cariño? Porque hablas con esta...— inquirió la recién llegada mirándole de arriba abajo— niña.

Keisi se mordió el labio inferior al escuchar sus palabras.

¿No se suponía que él no deseaba una relación pública?

Mentía. Él realmente sabía como mentir y estaba por caer de nuevo ante él.
Tonta, definitivamente era una tonta, ilusa.

Se reprochó mentalmente.

— ¡Keisi!

La nombrada ladeó el rostro y sintió alivio.

— Yugyeom.

Solo Mía ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora