Narra Sam
-Tú dime si hay una pared o una columna o algo porque no me quiero chocar.
-Confía en mí.-dije llevándola hasta la entrada. Le había vendado los ojos aunque se resistió un poco.
-¿Falta mucho?
-No, ya estamos.
-¿Me la puedo quitar?
-Aún no.- nos sentamos en unos bancos que había por ahí y le quité los zapatos e hice lo mismo conmigo.
-¿Dónde estamos?
-Ahora lo vas a ver.- la cogí de la mano y la llevé hasta donde empezaban las camas elásticas. Era un sitio que en lugar de tener suelo tenía camas elásticas y Kendall me dijo que le gustaban mucho las camas elásticas.
-¿Ya me lo puedo quitar?
-Sí.-se lo quitó y miró el sitio con la boca abierta.-Dios mío.
-Si no te...
-¡Este sitio es genial!.-dijo interrumpiéndome.-Gracias.-dijo abrazándome.
-Ahora tenemos una hora para estar aquí.
-¿Sólo una?
-Sí pero tranquila porque tengo más sorpresas.-sonrió y empezó a saltar de un lado para otro. Parecía un conejito.
[...]
-Mira lo que sé hacer.-le dije y me preparé para hacer una voltereta en el aire pero me resbalé y me caí de cabeza besando la colchoneta. Lo único que escuché antes de tenerla a mi lado fue su risa.
-¿Estás bien Sam?-lo decía aguantándose la risa.
-Señoritos, su tiempo ha acabado.-escuché la voz de un señor y me levanté dejando a Violet allí.
-¡Sam! ¡Espérame!- me puse mis zapatos y la esperé en la puerta. Ella se puso los suyos y salí hacia fuera.-¡Sammy! ¡No me ignores!- se puso delante mía y me miró, luego puso su mano en mi mejilla y la acarició. Se fue acercando hasta que me besó.-Perdón.
-En realidad no estaba enfadado pero si me pides perdón de esta manera, me voy a enfadar continuamente.-dije riéndome y poniendo un mechón de su pelo detrás de su oreja.
-Eres tonto.-dijo riéndose.