Narra Violet
-Sam...-dije apartándolo para poder abrir la puerta de casa. Después del beso, él condujo hasta mi casa.
-Abre la puerta por favor...
-Si estás besándome el cuello todo el tiempo no soy capaz.-se rió y por fin abrí la jodida puerta.
-Ya está.-me besó y entramos en casa. Obviamente cerrando la puerta. Puse mis piernas alrededor de su cintura y fuimos hasta la habitación.
Me apoyó en la cama y él se puso encima. Besó mi cuello y me quitó la camiseta y el pantalón e hice lo mismo con él. Me quitó la ropa interior y me miró de arriba a abajo y no pude evitar sonrojarme. Yo le quité la suya.
-Eres preciosa.-dijo sonriendo y me besó pero de repente paró.
-¿Qué pasa?
-No tengo condones.- estiré mi mano hasta el cajón de la mesita y lo abrí. Saqué un condón y se lo di.
-Hay que prevenir siempre.-sonrió y se lo puso.
-Si te hago daño...
-No es la primera vez Sam.-lo besé y lo metió en mi haciéndome gemir. Poco a poco iba aumentando la velocidad y solo se oían nuestros gemidos.
Estábamos a punto de llegar y Sam susurró en mi oído con la voz entrecortada:
-¿Quieres ser mi novia?- en segundos llegamos al climax juntos y se dejó caer a mi lado. Después de quitarse el condón, hacerle un nudo y tirarlo, me miró, supongo que esperando una respuesta.
-Me encantaría.-sonrió y me besó.
