A la felicidad...

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Voy a evitarte, como se evita a la peste,

cómo se evita al dolor o el pensar en la muerte,

Cómo evitó pensar que mi fracaso

se debe a mí, más que a la suerte.


Voy a evitarte como evitó las drogas

Pues los desgraciados, de a diario consumirte,

Necesitan una dosis más fuerte,

Agonizando, en la necia búsqueda de tu néctar,

como abejas trabajan, noche y día, hasta su muerte.


Voy a evitarte como evitó la riqueza,

pues provocas la envidia de quien de ti carece,

y el desdichado, que en abundancia te tiene,

Vive, sin saber, su propia miseria,

temeroso de morir como todos; en la pobreza.


Te evito porque prefiero ser mendigo que esclavo,

porque prefiero ser prófugo que prisionero,

porque prefiero las verdades crueles,

que las mentiras compasivas,

porque es mejor amar y ser desdeñado,

que vivir siempre engañado.


Te evitaré como quien evita el sol en el desierto,

o quien evita caer al agua por una grieta en el hielo,

cómo se evita en una tormenta al rayo,

cómo se evita un amor que provoca llanto.


Dejaré entonces, de cosechar mi amor por ti,

no pondré más sonrisas como abono,

ni lágrimas como agua, ni sueños como sol,

y entonces, veré un día como te marchitas...

...en mi árido corazón.

AntipoemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora