Te estoy empezando a odiar y grito constantemente a mi reflejo echándole en cara que te fueses. Nunca he sido de tener enfados muy largos por lo que al rato vuelvo y me pido perdón frente al espejo. Y pido perdón al cielo por odiarte. A veces simplemente detesto echarte de menos o el día en el que decidí mirar más allá de tu alma. Ese día en el que el capricho pasa a ser algo que necesitas, en el que decides que es hora de mirar a los ojos del otro y rebuscar con la intención de encontrarte a ti mismo, encontrarte en otra piel.
Llegados a este punto me he perdido a mí mismo y a ti, que eras mi yo de repuesto. Me he perdido entre mi piel y la tuya se me ha escapado, lo que podríamos empezar a decir que ha sido un desastre.
También me han echado del trabajo, intenté explicarle al jefe que había perdido un trozo de mi corazón y no lo encontraba por ninguna parte, y se lo tomó a broma, y hasta me dijo de conseguirme hora en un quirófano para que me diesen otro órgano. Le dije que creía que no me estaba entendiendo y me dijo que yo era un vago y que a partir de ahora utilizara las excusas para pagar la hipoteca. Sé que dentro de poco no la voy a poder pagar, pero para que quiero una casa si al fin y al cabo está vacía igual que mi cabeza, mi cuerpo y mi vida.
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Café entre mis huesos
AléatoireNi quedan flores en mis pulmones ni pétalos en mis párpados. Hay cafeína en las sábanas de mi cama y cenizas de las mariposas muertas en mi estómago.