Me desperté con una sensación extraña en el lugar.
La maldición no estaba. Todo acabó, sonreí. Hice aparecer las pantallas, estaban en el comedor. No pienso salir todavía debo dejarle un tiempo de respiro y duelo a esas personas.
Veo la pequeña mesa que tenía, la última rana de chocolate. Creo que Albus contó los días que yo estaría aquí hasta que la guerra acabase. Me comí la rana de chocolate mientras veía las personas en el comedor de Hogwarts.
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Duré unos cuatro meses más en el lugar, hoy sería mi salida. Mi show iba a comenzar hoy. Un nuevo inicio de clases, una nueva vida para mí.
Observo las pantallas, ya termino la selección voy aparecerme.- Espero que te agrade mi espectáculo de hoy, Albus.- Digo mirando hacia arriba.
Es hora.
Me aparezco justo afuera de las puertas del Gran Comedor. Esto será asombroso.
Las abro causando mucho ruido. Todos paran de comer. Miro a mi alrededor, todos me miran, me fijo en la mesa de Godric. Veo a Harry con sus amigos, ellos me miran fijamente. Le sonrío, le debo mucho a ese niño. Él me mira confundido.
Camino veo la mesa de profesores, el puesto que mucho tiempo ocupaba Albus, ahora estaba Mcgonagall. Ella me miró sumamente sorprendida. Me acerqué allí, a buscar algo que Godric había escondido, mi varita.
La especie de mesa que se usaba para que el director hablara, ese era el escondite de mi varita. Godric dijo que era tan evidente el escondite que solo hacía falta hablar fuerte para encontrarla.
En ese tiempo no lo entendía, pero estuve mucho tiempo encerrada para comprenderlo. Todos en el comedor susurraban, Mcgonagall no salía de su estado de shock. Ignorando a los demás fui a la mesa, la hice levitar con mi mano derecha. Muchas exclamaciones se escucharon en el Comedor.
Allí estaba mi varita, la guardé en mi bolsillo, tenía una ropa muggle, es cómoda. No como los vestidos que usaba antes que eran incomodos al momento de correr. Miré el techo del comedor. Sonreí. Estaba feliz, el aire fresco no se comparaba con esto.
Volteé a ver a Mcgonagall le dije.- Creo que Albus te habló de mí, espero que no te moleste que vaya a saludar a Harry.- No esperé a que respondiera cuando me diriji a la mesa de Gryffindor.
Todos callaron cuando me vieron aproximarme a la mesa. No es por presumir pero según muchos mi belleza era algo que no se comparaba con nada. Era simplemente única.
Me paré al frente de Harry.- Creo que te debo las gracias, Harry.- Él estaba simplemente confundido.- Albus me hablaba muchas cosas sobre ti, me sacaste del encierro. Todos fueron muy valientes, se los agradezco.- Digo mirando a todos en el comedor.- Hermione, te daré una tarea simple, escucha con atención, me podrás encontrar en el lugar prohibido donde frecuentas, te daré una pista mi nombre es Pyxis.- Le digo mirándola sonriendo.- Nos veremos en otro momento chicos.- con un chasquido de dedos me fui de allí.
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Era diciembre, no pasaría las navidades sola. Todos estaban en la Madriguera hasta él.
Me aparecí en la sala donde todos estaban allí reunidos, los Weasley, Harry y Hermione.
Todos callaron cuando me vieron, muchas varitas en mi rostro.
- Veo que tienen reflejos compañeros.- Les dije sonriendo.- Así que, Hermione. ¿Descubriste quién soy?- Dije mirándola.
-Pyxis, la amiga de la Muerte.- Me respondió entrecerrando los ojos.
-Deberían bajar las varitas no pienso hacerles nada, se lo prometí a Albus.- les dije sentándome en un mueble.
Charlie me miraba asombrado, supongo que pensaba que no era real.- Hola, Charlie. Esto no es un sueño- le dije mirándolo y guiñándole un ojo.
-De dónde conoces al profesor Dumbledore.- Me preguntó Harry.
-Él se enteró dónde estaba encerrada, me fue a visitar y nos hicimos amigos.- Le respondí.
-¿Cómo es que eres real?- Preguntó Charlie asombrado que estuviese en su casa en persona y no en sus sueños.
-Te dije que era real, solo que tenías que esperar, Charlie.- Le respondí con voz suave.
-¿Por qué estás aquí?- Preguntó Ron mirándome a mí y a Charlie.
-No quería pasar otras navidades sola.- Respondí mirándolo.- Deberías dejar de mirarme mal Ron, si les quisiese hacer daño ya lo fuese hecho. Además no necesito varita para realizar un hechizo o maldición. Sé cosas que ustedes no se imaginan que existen o si son posibles de hacerlas.- Dije mirándolo.
-Además antes de la muerte de Albus, él me dijo que les mandara saludos.- Miré a Harry.
-Hay algo que no entiendo, la vez en el Gran Comedor le diste las gracias a Harry, ¿Por qué lo hiciste?- Hermione habló.
-Tenía una maldición, Salazar Slytherin siempre fue ambicioso. El heredero debía morir, solo así sería libre.- Respondí con pesar.
-¿Es verdad que hablas con la muerte?- Esta vez fue Harry en preguntar.
-Hablaba, sí. Era muy pequeña, no sabía que me había dado. Simplemente acepte.- Hablé.
-Xis, ¿Quieres una rana de chocolate?- Me dijo Charlie sonriendo.
Lancé una carcajada.- Siempre y para siempre, Charlie.- Le dije mirándolo y sonriendo.
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La Amiga de la Muerte ~[Charlie Weasley]
FanficGringotts, el lugar con mayor seguridad en todo el mundo mágico, el mejor sitio para pasar mi vida por una maldición.