CAPÍTULO 2

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Preparo un tazón de leche con cereales lo dejo en la encimera mientras voy guardando lo que he utilizado cuando escucho que alguien está masticando.
Me giro y me encuentro con su mirada penetrante sobre mi y una sonrisa de medio lado.
-¿ Quien te ha dicho que te puedes comer mi desayuno? Digo algo molesta.
- No sabía que te habías hecho el piercing del ombligo. Dice intentando cambiar de conversación.
- Oh, si. Digo sin darle mucha importancia, fue el año pasado.
¿Ya te has organizado? Pregunto mientras me preparo otro tazón para mi, de nuevo.
- Si, más o menos. Dice algo confundido.- Han dicho tus padres que hablamos hoy a la hora de la cena.
- Vale, genial.
Subo a mi cuarto, me vuelvo a cambiar, me pongo unas mallas, unas zapatillas de correr, una camiseta corta y ato mi pelo en coleta, preparo una mochila con una toalla, una cantimplora y bebida isotonica, cojo la bici y bajo.
- ¿A donde vas? Pregunta mi madre curiosa.
- A dar una vuelta, necesito despejarme un poco.
-¿ Y vas a dejar a Chris aquí sólo?
Antes de que yo pueda contestar, Chris dice, - No te preocupes tía, me puedo quedar aquí, de todas formas estoy algo cansado por el viaje.
Mi madre no hace caso y me mira intentando decirme que me le lleve, la miro seria y asiento.
- Vamos Chris, cambiate. Digo decidida.
- Pero yo...de verdad, me quedo aquí, no quiero molestar.
- Ven conmigo que me aburro y además voy sola. Le digo mirandole con una sonrisa.
Sube los escalones de dos en dos y en diez minutos está abajo preparado.
Nos despedimos de mis padres y nos vamos.

Una Relación ¿Imposible?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora