Cápitulo 1

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Déjo caer mi espeso cabello sobre mis hombros y acomodo una toalla en el lavabo, para cuando salga de la ducha. Una vez dentro sin ropa, dejo llevar mis preocupaciones con las gotas de agua.

Mi cabello castaño claro, ahora mojado, se veia varios tonos más oscuro. Mi marco de pestañas estaba rociado con pequeñas gotas de agua y mis relucientes ojos verdes resaltaban mas de lo usual.

"Sinceramente, sigo sin creer que vaya a cumplir una semana de salir con Ernesto. Lo quiero tanto. Seguramente hoy me pída ser su novia, o eso espero. Ya me lo imagino. Los dos estaremos deslumbrantes. Destacaremos mas que ninguna otra pareja en el establecimiento. Entonces, un bals de un violín inundara mis oidos y me lo pedira con las mas bellas palabras que existen" pensé.

Cerré el grifo, escurrí el pelo, agarre la toalla del lavabo y me la enrrolle en el cuerpo.

Deslice la puerta corredera. Saqué un pié con cuidado para no resbalar, pero al parecer falle en el intento. En menos de lo que esperaba ya habia aterrizado. Caí sobre algo blando pero duro al mismo tiempo. Abri los ojos mientras me sobaba la parte afectada por el impacto.

No podia reaccionar, ya no me encontraba en mi cuarto de baño y descarte la idea de romper el suelo y caer en el salón. Era mas bien un dormitorio. Giré la cabeza para seguir observando mi entorno y otra sorpresa me aguardaba. Esta vez a parete de no reaccionar, me quede sin respiración. Ya sabía en que había aterrizado. El joven que me sostenía me miraba atónito.

Tenía tez ¿grisácea...?, iris ¿rojizo...? y solo una cosa normal, cabello negro. Solo esperaba que se tratara de un disfraz.

-q... q... qu... -no lograba articular niguna palabra, así que en vez de eso me separe de el veloz como un rayo y me cobijé en la esquina de la habitación.

-¿De donde has salido?- se incorporó el muchacho aún sorprendio.

Sin soltar la toalla que ocultaba mi cuerpo, cojí una lámpara que había a mi lado y se la lancé a la cabeza, pero la esquivó.

-pero ¿que de- lo interrupí aventandole más objetos.-¡PARA!- intentaba esquivar pero fallaba la mayoría de las veces.

-¿Marshall...? ¿Estas bien?- lo que me faltaba. Más gente.

-¡FIONNA! ¡SOCORRO! ¡AYÚDAME!- Llamó el chico.

No psara ni un minuto cuando la puerta fué tirada abajo, dejando ver a una chica rubia de atuendo raro y un gato oji-enorme a dos patas gritando un "¡Ya...!".

En el momento que aparecieron en el cuarto mi contrincante se escondio detrás de ellas.

Me deslice por la pared hasta quedar sentada en el suelo. Luego escondí mi cara en las piernas y lloré.

-Por santo Blios... ¿que te a hecho este maleducado?- dijo una voz femenina.

-¿¡YO?! ella irrumpió en mi habitación aplastandome semidesnuda y luego me agredió con mis posesiones- me sonrrojé.

-¡Serás marrano mentiroso!- esclamo una fuerte voz femenina- ¿como una chica en ese estado te va a hacer algo? ¡que no me enteré yo de que has abusado de ella!

-Cake... tranquilízate... Ayúdame a llevar a esta chica con nosotras, total, Marshall no nos va a decir la verdad- dijo la voz que me consolaba.

-Esto no es posible...- se quejó el chico.

Me ayudaron a levantarme la chica y la gata. Me sacaron de allí y nos dirijimos hasta su casa.

Al llegar me sorprendí. Se podría decir que era la casa de un árbol, pero esta no consistia en una cabañita de madera sobre un árbol, el árbol era la casa.

Pesadillas de Nochesfera          [Marshall lee]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora