Dedicado a Criaturitadelgdhdb y TalyUwUr
-¿No ha llegado Marco? - Después de su 'charla' matutina con Zeus tenía que arreglarse y esperar a Marco, el chofer que lo llevaría a aquella Habitación.
-No va a venir- La voz de Zeus sobresaltó a ambos jóvenes, con la mirada ordenó a Natalia que se retirara, ella asintió y salió de la cocina dejando a David con la mirada gacha y algo temeroso a la mitad de la habitación.
Zeus tomó la barbilla de David la levantó obligándolo a verlo, estaban muy cerca, ambos, viéndose cara a cara, David estaba nervioso y aunque Zeus no lo demostrara él se sentía igual de nervioso.
No podía aguantar más, la tentación, aquellos labios delgados y pálidos que temblaban de nervios, tan apetecibles, tan llamativos y débiles, tan suaves y dulces, sonrió mostrando la hilera perfecta de blancos dientes.
No esperó más cuando por fin unió sus labios, en otro beso, uno simple pero que había sido necesario para ambos, lo necesitaban, fue tan inesperado para David que no pudo evitar soltar un jadeo ahogado en la boca de Zeus, hasta que el aire volvió a ser necesario en sus cuerpos.
Zeus fue el que rompió el beso, pero aun así unió sus frentes, sus respiraciones agitadas se oían por la cocina.
-Papi- Jadeó David sobre los labios de Zeus antes de que este volviera a unirlos.
Sabía que este niño seria su perdición.
El día fue muy confuso para ambos, David no sabía porque el repentino cambio de Zeus y Zeus estaba confundido con sus sentimientos, y David no le ayudaba en nada, una parte racional le decía que no, pero su corazón gritaba que sí.
Zeus no había dejado a David todo el día y es que su presencia calmaba tanto las voces en su mente, que lo seguían culpando.
David por supuesto que no se quejaba, él era feliz, su papi había vuelto a quererlo tanto como al principio, todo el día se mantuvo en su regazo, recargado sobre su pecho, o escondiendo su cabeza en su cuello, inundándose de su aroma.
Ahora mismo se encontraban en la sala de la mansión, viendo algunos capítulos de series que David había comenzado a ver cuándo Zeus lo dejó, el brazo de Zeus estaba sobre el hombro de David, juntándolos más y sus cuerpos cubiertos por una manta, con el plato de las palomitas entre ellos.
Y lo que hizo en la noche ni siquiera él lo podía creer.
Después de tanto tiempo volvieron a dormir juntos, Zeus lo aprisionó con sus brazos, en su cintura, como no queriendo dejarlo ir.
Y podría decir que esa noche por fin pudo dormir.
-David, tienes que cuidarte, sabes que te quiero mucho y no soportaría que algo te llegase a pasar- Dijo ella.
- ¡Oh! yo también te quiero pestosita, pero no tienes que preocuparte, él ha cambiado-
-Lo se cariño, lo sé, pero es un cambio muy repentino, hay algo que no me gusta aquí-
-No te preocupes Nath, él tal vez ya me quiere un poco más- suspiró como enamorado.
-Sólo quiero que te cuides, no me gustaría volver a verte como antes"-
-Lo sé y gracias- En ese momento Zeus llama a David. -Me tengo que ir- Dejó un beso en la mejilla de la chica antes de salir, ella continuó haciendo todo lo que tenía de limpieza en la casa mientras negaba con la cabeza.
Ella seguía sin entender porque tan repentino el cambio, necesitaba descubrir todo lo que pasaba, algo no cuadraba en sus parámetros, tenía un mal presentimiento de todo lo que iba a pasar, y no quería creerlo.
|Zeus|
Es sorprendente como la vida puede darnos cambios inesperados, no sé cuándo fue que aquel niño pequeño, con su mirada inocente y llena de miedo, desnudo alrededor de cientos de hombres, con su piel tan blanca y tercia, su cuerpo curvilíneo, empezando por su plano pecho aquellos dos botoncitos Rosas que tanto podían llegar a excitarme, su plano abdomen, rematando en su pequeña cintura y sus anchas caderas, bajando un poco más a sus carnosos y suaves muslos, como no volverse loco con tal preciosidad.
Más allá de lo físico estaba su inocencia, el miedo que podías clavar en él y el amor que adornaba su cuerpo entregándolo a todas las personas, mi inocente bebé, mi lindo e inocente bebé.
Y aquellos labios, rosas pálidos y delgados, con una textura suave y delicada, la timidez con la que llegaba a besarme y como se hinchaban cuando los mordía para ahogar los gemidos y jadeos que le sacaba al tocarlo.
La sensibilidad en su cuerpo bajo mis caricias, como su piel se erizaba con un solo roce, los jadeos y gemidos se escapan de sus labios cuando besaba su cuello, lo mordía y lamia, lo marcaba.
No importaba cuantas veces lo pensara y lo razonara, siempre llegaba a la misma conclusión. Él era perfecto.
Perfecto y solo mío, mío y de nadie más.
Por qué se sentía tan bien...
Tan bien.
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My Baby,Only Mine
Любовные романыÉl es un narcotraficante. A él lo vendieron en una subasta. Ambos se unieron por el cosas del destino, pero en este mundo no puedes enamorarte. "En este mundo, hijo, hay 3 reglas. 1-Cuida tu espalda 2-No confíes en nadie 3-No te enamore...