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—¡Muy bien, Harry! —Gritó Lottie mientras aplaudía y cerraba el libro de cálculo.

Hacia tres semanas que Lottie se había convertido en la tutora de Harry, porque sus notas eran pésimas. La verdad es que cálculo y fotografía como que mucho no congeniaban, por lo que él no entendía aquella materia.

Al principio Harry estaba escéptico respecto a aquello; creía que la chica solo iba a molestarlo. Sin embargo, se asombro cuando la rubia lo trato amablemente, hasta había pensado que su encaprichamiento con él había pasado. Tenía que admitir que Lottie era lo bastante inteligente e interesante, como para que él hubiese pasado los exmanes pasados con un 8.

—Estas progresando. —le dijo mientras ordenaba sus cosas para salir de la biblioteca de la universidad. Habían acabado con la sesión de dos horas de cálculos.

—Muchas gracias, Lottie. Eres la mejor. —Los ojos azules de la chica brillaron cuando Harry se acercó a darle un abrazo. —Mis últimas notas son gracias a ti. —Se separo de ella y revolvió su cabello.

Lottie sintió que se derretia. Lo cierto era que la rubia seguía queriéndolo, pero la chica sabía que las tutorías era la única forma de estar con Harry; quiza ganarse su cariño. Entonces su táctica era no hostigarlo, sino dejar que él viera cómo era ella realmente.

Su plan parecía funcionar, en las últimas clases Harry la había acompañado hasta su casa, le había dado un beso en la mejilla y un abrazo antes de irse. Hoy no iba a ser la excepción, por lo que terminaron de guardar sus cosas en sus respectivas mochilas y se apresuraron a salir.

Lottie se estremeció cuando la brisa golpeo sus cuerpos. Al ver la reacción de la chica al frió de la noche, Harry se quitó la chaqueta de mezclilla blanca, quitó la mochila del hombro de la chica, mientras él la cargaba por el resto del camino a la casa de los Tomlinson, y le entrego su chaqueta.

Las mejillas de la chica se sonrojaron. —Gracias. —murmuró.

Harry le sonrió, pero no dijo nada. El resto de camino a la casa de la chica fue tranquilo y silencioso. Sin embargo, no era molestó. Caminaron unas cinco cuadras, cuando se detuvieron en la casa de la esquina con el númeo 45.

Detuvieron sus pasos y quedaron uno frente al otro. Lottie se inclinó un poco y tomó su mochila. —Gracias, —volvió a decirle. Y justo cuando se iba a separar, un pensamiento le cruzó por la cabeza. "A la mierda todo," y beso a Harry.

Los ojos esmeralda del chico se abrieron a más no poder y se apartó cuando reaccionó. —Lo siento. —susurró antes de salir corriendo.

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—¡Harry, por favor! —Gritó la chica, tomandoló por la manga de la chaqueta.

Harry se detuvo pero no volteo. Estaba avergonzado de si mismo. Él nunca había querido darle las señales equivocadas a Lottie; solo estaba siendo un caballero. El chico suspiro y bajo la cabeza; y ahora estaba siendo un patán al ignorarla.

—¿Puedes verme, por favor? —Lentamente se giro y levanto la vista. Su corazón se estrujó al ver el rostro rojizo de la rubia, junto con un montón de lágrimas que se aglomeraban en sus ojos. —Llevas días ignorándome, Harry. —El labio de la menuda chica temblo.

—Lo siento, ¿sí? —Dijo Harry, mientras rascaba su nuca. —No fue mi intención. Lo lamento.

Después del beso, Harry la había ignorado. Se sentía fatal, pero no queria lastimar los sentimientos de la dulece chica.

Los ojos de Lottie se ablandaron. —¿Fui yo quien me equivoque, cierto? —Mordió su labio inferior. —En verdad me gustas Harry. Al contrario de lo que puedan pensar los demás, no eres un capricho para mi. En verdad te quiero; eres una muy buena persona. —La chica limpió las pocas lágrimas que caían por su rostro. —Pero entiendo que no te guste. Casi nadie lo hace. —murmuró lo último.

—Oh, Lottie. —Harry la abrazó. —Lo siento, eres muy linda. Además de buena amiga, pero yo no te veo de esa forma. Lo siento.

—Supongo que debí de aceptarlo antes. —Sus mejillas se tornaron rojas. —Lamento si fui una molestia. —Se separó del chico y tomó su mochila del suelo, que se había cuando alcanzó al rizado, la abrió y le entregó su chaqueta. —Gracias. —bajo la vista. —Intente devolvertela toda la semana, pero como me evadias no encontraba la manera. —Se encogió de hombros.

Harry se sintió fatal. —Allí supe que no me querías. —Cuando el chico iba a interrumpirla, siguió e hizo un gesto con las manos. —No te disculpes. Solo quería arreglar las cosas, a fin de cuentas, eres una gran persona y te quiero mucho.

—Todavía podemos ser amigos. —Ofreció con una gran sonrisa.

—Tal vez después. —Se inclinó para darle un beso en la mejilla. —Nos vemos, H. —Y salió corriendo de allí.

Harry torció la boca. Estaba seguro que sus clases de cálculo terminarían y sus notas se iban a ir a la mismísima mierda.

¿Interesado, bombón? LarrySDonde viven las historias. Descúbrelo ahora