Frase 110

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Ya no siento el frío, no siento el calor, ni siquiera consigo sentir el punzante dolor de mi piel abriéndose en dos al paso del mortífero filo de la cuchilla, el mismo dolor que en tantas ocasiones me ha acompañado, haciéndome sentir un poco mas humana, pero que ya, ni siquiera sacia mis inmensas ganas de abandonar esta vida ¿Desde cuando me he convertido en un autómata manipulado a merced de la sociedad? ¿Queda aun algún atisbo de humanidad en mi? Quizá sea que soy mas humana que otras personas, mas débil, mas frágil. Quizá esta fragilidad se debe al paso de los años, de las batallas que he luchado conmigo misma, de las cuales, solo quedan esas heridas que aun no han cicatrizado del todo pero que poco a poco lo hacen quedando así una marca permanente que me recordará eternamente por todo lo que he luchado, por todo lo que he vivido y he sufrido, marcas que son el triunfo de mi yo mas animal, de la impotencia y el dolor, y la derrota de mi yo mas cuerdo, pero, no por ello, me hace sentirme menos orgullosa de ellas, porque, en muchas de esas batallas podría haberme arrebatado la vida, pero, sin embargo, esas cicatrices, esas pequeñas marcas trazadas en diversas partes de mi cuerpo, son la mas viva prueba de que sigo luchando y seguiré hasta que la parca se cobre mi vida, a la cual, prometo no ser yo la que la incite a hacerlo.

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