Madeleine no podía entender que estaba pasando. De pequeña, su abuela le contaba historias de que la casa estaba embrujada pero nunca pensó que podía ser cierto. Sabía que había visto a alguien detrás de ella pero cuando volteo, ya no había nadie. Miro a todos lados. No había nadie en el baño, solo ella. Miro al espejo y los escalofríos volvieron a recorrer todo su cuerpo. Alguien había escrito algo en el espejo empañado. La palabra "AYUDAME" estaba escrita en el espejo. ¿Qué está pasando, pensó Mad. Yo no escribí eso, sería estúpido. De repente, el bombillo sobre su cabeza empezó a parpadear hasta que finalmente se apago. Ella estaba aterrorizada, no era de esas chicas que no ve películas de terror porque les da miedo, al contrario, podía reírse a carcajadas al ver una pero todo era diferente si eso le ocurría a ella, en la vida real. Por un momento, llego a pensar que estaba dormida y solo era una pesadilla pero era imposible. Todo se sentía demasiado real para ser una pesadilla. Después de unos segundos –dos segundos, cuando mucho.– el bombillo volvió a encenderse. Ya no había nada en el espejo. Estaba igual de empañado como la primera vez que lo observo. No había señal de que alguien había escrito algo sobre el o que lo haya borrado.
Volvió a mirar a todos lados, pensó que tal vez podría ver alguna sombra o alguna pista de que alguien estuvo ahí con ella pero no había nada. Froto sus ojos, tratando de despertar de esa extraña pesadilla pero no era así, esto era real. Madeleine limpio el vidrio un su mano y se observo fijamente. Solo estas muy cansada, Maddy. Ve a dormir y olvida que esto pasó. Se dijo a sí misma, lavo sus dientes, se puso su pijama y fue a dormir. Pensó que lo mejor que podía hacer era ignorar lo que había pasado por más extraño y aterrador que había sido.
A la mañana siguiente decidió ir a comer a una café-restaurant que le gusta. Era sábado así que no estaba con apuros. La noche anterior le costó mucho dormir así que decidió relajarse todo el día, ir a su restaurante favorito, caminar en un parque, salir con Jane. Lo que sea con tal de olvidar el horrible episodio de anoche.
Después de arreglarse, se puso una franela negra, unos jeans rasgados y unos tacones negros. Tomo su bolso marrón y salido de su casa hacia el subterráneo. El día estaba nublado, frio y hacia mucho viento. Tal como a Madeleine le gustan. Mientras caminaba al subterráneo sentía que alguien la seguía aunque miraba hacia atrás y no había nadie, podía sentir que si había alguien detrás de ella. El café quedaba un poco lejos así que tenía que caminar unas dos calles abajo y tomar el subterráneo. Su teléfono vibro, le había llegado un mensaje. Saco su teléfono del bolso y vio un mensaje de Jane.
Jane: ¿Qué te parece ir a bailar al club más tarde?
Mad: Claro ¿a qué hora?
Jane: A las 10p.m.
Después de recibir el último mensaje, Mad subió la mirada y quedo fría al ver a un chico parado unos metros más adelante mirándola fijamente, vestido de negro con un abrigo largo, el cabello hacia atrás y con un maquillaje que no se podía diferenciar a la distancia. Ella abrió los ojos, estaba sorprendida. Sentía que ese chico le podía decir algo con solo su mirada pero no podía saber que era. Todo fue interrumpido por un corredor que tropezó a Madeleine.
–Oh, Discúlpeme. –Dijo el hombre que estaba tan sudado que parecía que estuviese en verano.
– Tranquilo. No importa. –Dijo Mad acomodándose su bolso sobre su hombro. Volvió a mirar rápidamente hacia donde estaba parado aquel chico pero ya no estaba. Se había esfumado en el aire. Mi mente está jugando sucio, pensó. Miro a todas partes pero no estaba en ningún lugar.
Siguió caminando hasta que llego al subterráneo. Había como unas 5 personas, estaba temprano así que estaba relativamente solo. Se acerco a una columna de metal y se recostó de ella, miro a los lados pero no había ninguna señal del metro. Mad se concentro en su teléfono pero alguien se paro del otro lado de la columna. Subió la mirada y volteo su cabeza a la derecha, allí estaba el chico otra vez. Apenas se podía observar su rostro. Madeleine se inclino un poco hacia adelante, intento ver mejor al chico. Había algo en el que despertaba su curiosidad. Su intento de observar al chico era inútil, parecía que mientras más se inclinaba, el chico mas retrocedía haciendo que fuese imposible mirarlo. De repente, alguien tomo de su brazo y la jalo hacia atrás. El metro llego, paso muy cerca de ella haciendo que su cabello volara por la corriente de viento que creaba el metro. Mad volteo a ver al chico que había tomado su brazo que la miraba sorprendido. Ella no pudo decir nada, estaba asustada por alguna razón que desconocía. Al abrirse las puertas, entro. Se sentó al lado de la puerta, miro a todos lados y no había nadie en la cabina. Tomo su celular para responder el mensaje de Jane.
– Lindo cabello. –Dijo una voz masculina. –Me gusta.
Mad salto del susto, tenia los nervios de punta. Además, había visto que no había nadie en la cabina ¿de dónde provenía la voz?. Volteo a su izquierda, era el chico. Estaba sentado al lado de ella con su mirada al frente. Cuando Mad lo miro, el volteo y la miro directamente a los ojos. El chico tenía una calavera maquillada en toda su cara. ¿Quién demonios es?, pensó Mad.
– ¿Disculpa? –Dijo Mad con su voz temblorosa. Frunciendo el ceño.
– Tu cabello, es muy bonito. –El chico sonrió al terminar de hablar.
– Ahh, ¿Gracias? –Respondió insegura, no sabía qué hacer. -¿Quién eres tú?
– Soy Tate, mucho gusto... -Estiro su mano para agitarla con la de Mad, ella la estiro para devolver el saludo. –...Madeleine.
Ella quedo inmóvil al escuchar su nombre salir de la boca del chico.
– ¿Qué? –Mad recogió su mano. – ¿Cómo sabes mi nombre?
– Se muchas cosas sobre ti, Maddy.
– ¿Qué? ¿Cómo? –Mad estaba anonadada. No sabía quién era ese chico pero había algo en el que le parecía familiar.
– Es broma. –Tate rio.
– Aah... Me habías asustado. –Mad soltó un gran suspiro. – ¿Cómo sabes mi nombre?
– No lo sé, tienes cara de Madeleine. –Bromeo Tate. –Solo lo sé y ya. –Miro hacia adelante con una sonrisa en su rostro.
– Claro... -Madeleine vacilo. -¿Por qué tienes eso en la cara? –Pregunta.
– ¿Qué tengo en la cara? –Pregunta Tate, tocándose la cara como si no supiese que tenía.
– Tienes pintada una calavera en todo tu rostro. –Mad señalo la cara de Tate. Pensaba que todo eso era un a clase de broma.
– ¿En serio? –Sonrió de lado.-Genial.
Madeleine se limito a abrir los ojos, estaba sorprendida de que Tate tenía la cara pintada y ni si quiera lo sabía. Loco, susurro.
– ¿Qué? –Pregunto Tate. -¿Piensas que estoy loco?
– Claro que no. –Dijo Mad, girando los ojos como si fuese absurdo lo que pregunto.
– En realidad no sabía que estaba maquillado, no lo recordaba...
– Me venias siguiendo desde mi casa, alguien debió habértelo dicho o aunque sea te pudiste ver en un espejo. –Dice Mad mientras teclea en su teléfono.
– No puedo, créeme. Lo he intentado. –Sonríe Tate, mostrando un poco sus dientes. –Para eso te necesito. Necesito que me ayudes a recordar, Maddy.
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Hasta aquí llega este capitulo. Por fin apareció Tate *-* (La foto en el multimedia de Tate, LA AMO!)
Espero que les guste este cap. Besos ox
All The Love. - M.
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Missing. | Tate Langdon.
RandomUna chica llega a sentir que alguien la sigue y la observa. Desde hace varios días puede sentir que hay alguien más está en su casa, es una sensación horrible. ¿Acaso se esta volviendo loca o todo es verdad? HISTORIA ORIGINAL.