Como matar a un ruiseñor?

Vida eterna

Cuando tenía dieciséis años mis padres decidieron llevarnos a mi y a mis hermanas a un paseo por el bosque cerca de donde nosotros vivíamos, nuestra casa era una pequeña cabaña que se encontraba al sur de un pueblo no muy conocido, mi padre trabajaba en  una casa como sirviente y mi madre trabajaba como mesera en un restaurante, los dos pasaban todo el día matándose por darnos el lujo a nosotros de poder vivir en un lugar cómodo. 

Ese día a mi padre le habían dado el día libre ya que los dueños de la casa no se encontraban porque andaban en unos asuntos comerciales y mi madre había pedido el día  para pasarla con sus hijos y esposo, todo iba muy bien hasta ese entonces, mi madre decía que Dios era bastante grande y amable por habernos dado un día para que estubiesemos todos juntos y mi padre como siempre le daba la razón a mi madre. Supongo que a Dios no le gusto que tuvieramos un día tan perfecto como ese.

Habíamos llegado a una laguna que estaba en medio del bosque, mi padre puso una manta para poder sentarnos y poder colocar la poca comida que traíamos, mis hermanos y yo nos metimos al la laguna, era cálida, todo estaba tranquilo, yo me sentía relajado, la vista desde la laguna era hermosa, yo estaba aprovechando la vista perfecta que tenía de aquel paraíso.

Escuchaba a mis hermanas reírse a carcajadas, a mi padre quejarse sobre lo insoportables que eran sus jefes y a mi madre hablar sobre lo hermoso que era ese día, todo estaba tranquilo y yo me estaba quedando dormido. Pronto esas risas, platicas y quejas se convirtieron en gritos y suplicaciones, me desperté y voltee para ver a mi madre arrodillada en el piso, a mi padre tirado con un cuchillo encajado en la espalda y a mis dos hermanos arrinconados llorando.

Salí lo mas rápido posible del agua y fui directamente con mis hermanos, vi como pasaron a sujetar a mi madre por el cuello y como con un solo giro se lo rompían, yo trataba de gritar, todo dentro de mi quería sacar todo lo que sentía pero era imposible pues dos hombres me sujetaban, mis hermanas al igual que yo estaban gritando, sujetaron a mis dos hermanas por el pelo, yo trataba de ir por ellas, vi como las aventaban al agua con los pies y manos sujetadas a una cadena, estaba viendo morir a mis hermanas y yo estaba ahí tirado sin poner hacer nada, todo se empezó a volver mas oscuro, mis ojos se iban nublando con un negro opaco, sentí como caía, caía muy profundo, mientras mas caía pensaba ¿Acaso así moriré,a manos  de un integrante del grupo que mató a mi familia?  ¿Solo así? ¿ Tan siquiera con honor luchando por lo que una vez fue mi familia? 

Pero ese día no era mi fin, ese día la muerte nos había dado algo peor que morir a mi y a mi familia. 

Caí de golpe en un césped, abrí los ojos lentamente y me percate de que estaba en el mismo lugar en el que yacía antes, ¿Así sera el cielo? me pregunte mientras me levantaba, fue entonces cuando me percaté de que ahí se encontraba mi familia, igual de confundidos que yo, ¿Que es lo que estaba pasando? ¿Acaso estábamos en una especie de parada antes de ir al cielo?

Todas esas preguntas rebotaban en mi cabeza una y otra vez, lo único que pude hacer fue recargarme en un árbol a  la espera de que alguien me llevare que aquel lugar,pasaron horas y nadie llegaba, días, Dios me moría de hambre ¿Que no los muertos ya no sentían nada? 

Mi hermana mas pequeña se acurruco a mi lado para pasar otra noche. ¿ Que era lo que nos estaba pasando? ¿Porque no venían por nosotros? ¿Acaso no eramos dignos de entrar al que era nombrado cielo? ¿Y nuestro castigo por eso sería pasar los días con hambre y soledad?

Mi cabeza me dolía ya de tanto pensar que decidí dormirme, mis ojos se empezaron a encerrar y caí dormido. 

Me encontraba en un lugar en llamas trataba de correr para que el fuego no me alcanzara pero me era imposible, estaba cansado quería ya morir ahí mismo tirado en el suelo como antes había muerto, comencé  a gritar lo mas fuerte que pude ¡QUE ES LO QUE QUIERES! DEJANOS SALIR DE ESTE MALDITO LUGAR! Nada... el único ruido era el de las llamas cada vez mas cerca de mí y ahí estaba yo, en la misma posición que antes, inútil, inservible, sin poder hacer nada.

Sentía el ardor de las llamas en mi cuerpo, me estaba quemando, era un dolor insoportable, ya no aguantaba mas, me deje caer en una esquina de aquel cuarto esperando a que me quemara vivo.

Comencé a escuchar murmureos, a lo lejos divise a una mujer con un vestido blanco, pelo rubio y unos ojos azules hermosos ¿Estaba delirando ya?

 La mujer se acercaba cada ves mas a mi y entonces pude entender lo que decía.  "Vida eterna al que se lo hes merecido, gloria y honor es tu posición matad al de corazón blando y puro y así podéis ser libre" La mujer lo repetía una y otra vez.

Las palabras retumbaban en mi cabeza ¿Que era lo que significaban aquellas palabras?

Las llamas desaparecieron y con ellas las mujer también, el dolor de las quemaduras desapareció y yo me encontraba en el mismo sitio de antes, con mi hermana acurrucada a un lado mío. 

Entonces comprendí lo que la mujer me quiso decir. Mi familia y yo no estábamos muertos, viviríamos para siempre y para poder morir...

Debíamos matar a quien mas amábamos.