Recuerdos inesperados.

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            "Nadie escoge su amor, nadie el momento, ni el sitio ni la edad, ni la persona"

Habían pasado ya varios años desde el ultimo momento en que viví, cuando  estaba completo, cuando no tenia que esconderme para que las demás personas pensarán que estaba muerto.

Esta vida me era un infierno, nunca podía dormir, siempre me mantenía a alerta por las noches, esperando a que algo increíblemente pasará. Todos los días era la misma rutina de siempre, levantarse, comer, salir a cosechar y dormir. Nadie se quejaba por las reglas que había puesto mi padre. Algunos pensarían que esto sería como un regalo de dios, personas pagarían por no envejecer y nunca morir, pero este no es mi caso. Odiaba mi vida, la odiaba tanto que aveces sentía que este era mi castigo por ser inútil e egocéntrico.

 Así es la vida, en un segundo estas en la cima y en el otro en plena caída. Quería llorar, pero no podía y no me permitiría hacerlo, porque de todas las cosas inútiles en las que desperdiciaba mi tiempo, el llanto era lo peor.

Mi desesperación se acumulaba y decidí arriesgarme a salir a ver al mundo,  la noche se acercaba y yo ya estaba en el pueblo caminaba sin rumbo, en verdad solo quería suspirar el aroma a vida, pero entonces por mi mente paso la imagen de mi familia, no podía arriesgarme a salir en publico y si me descubrían todos pagaríamos las consecuencias así que decidí regresar.

Me senté en el pasto y comencé a observar el cielo y las estrellas, me di cuenta de que a pesar de los desastres la naturaleza seguía siendo sumamente bella.

Escuche un gran estruendo y un chillido de dolor, sabia que no debía de ir, debía de quedarme donde estaba, pero mi cabeza me decía que debía de ir a ver que estaba pasando. Corrí hasta   donde provenía aquel ruido, no visualice nada,buscaba por cualquier lugar pero no había nada. retome mi camino de vuelta a casa cuando vi a una joven sentada a la orilla del lago, tenía curiosidad de saber que estaba haciendo ahí pero mi miedo al volver aquel lugar donde empezó todo me invadía, simplemente no podía.Me dije a mi mismo que debía de volver a casa y ver que mi familia estuviera bien, pero de un momento a otro ya encontraba acercándome a aquella chica. La observe por un momento, no parecía de el pueblo, vestía telas de gran costo y tenía el pelo completamente ondulado.


- Precioso no? .- Fue la única palabra que salio de mi boca. ¿Que mas podía decirle?, no sabía nada acerca de ella. Susurro algo que yo no pude entender y entonces volteo. Mi cuerpo se estremeció al verla, era lo mas hermoso que podía haber visto, no lo decía por su apariencia la belleza física,cualquier mujer en el mundo la podía tener, no, ella era diferente, en sus ojos se veía un brillo de esperanza,temor rencor y amor, me quede mirandola demasiado y ella ya se estaba dando cuenta, alcancé a oír como maldecía en silencio.

- Dios estas hecha un asco.- dije tratando de cambiar el tema, observé como me miraba extrañada y de un segundo para otro se desvaneció, sin dudarlo me acerque lo mas rápido posible para sostenerla en mis brazos. Opte por un segundo la opción de dejarla ahí tirada donde se encontraba pero me negué a hacerlo. Sabia lo que estaba haciendo y lo que estaba por venir, pero a cualquier costa haría todo por esta chica

Como matar a un ruiseñor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora