España: 5 Enero, 08:30
- Oh, así que por eso os vais ahora
- Si, aún ni se bien en qué estamosCristina se apoyo como pudo en la barra de la cocina, por donde el cocinero pasaba las bandejas. Como era la única despierta, por que tampoco es que su compañera, que estaba medio doblada en la mesa más cercana, y el hada, apoyada en la cabeza de esta para que pareciera una cama, estuvieran muy despiertas, habia empezado a hablar con el cocinero. El amablemente se había ofrecido, contento de apoyarla un poco y ayudarle a mantenerse entera
Tampoco es que ella hubieran preferido estar así. Sin duda cuando había llegado cualquier horario era muy completamente normal, tenía grandes descansos y horas para comer en ese mismo maravilloso comedor, pero por un momento y ahora empezaba a quejarse
Por supuesto no esperaba que sobre las seis de la madrugada le llamaran. Aún así el número de la recepción había ocupado el panel de su teléfono, que de pronto había soñado y la había despertado. Apenas le habían informado de una misión, se levantó como un rayo de la cama y tomó su uniforme para vestirse. Había salido en busca de su compañera, aún que está no le había dejado entrar y la había mandado al comedor a por el desayuno. Rápidamente lo hizo sin preguntar, apareciendo a la búsqueda de Shuu mientras iba y pedía- ¿Has contactado ya con el tren?
- Si, está atrayendo también a alguien que hizo turismo y una misión nocturna- asintió la rubia, suspirando- También lleva gente normal, por si no lo sabíasEl cocinero negó mientras terminaba de preparar las cosas. Cristina aún así si le explicó. Aún que en realidad ella había tardado también en saberlo, el tren de la sede llevaba gente no trabajadora de allí como recurso turístico y, además, por que el jefe había permitido que agradecimientos y admiradores pudieran convivir. Por supuesto para alguien que no era de la sede tenían una tarifa de precios, ya que viajar tampoco era gran parte gratis, un vagón para sólo ellos, aún que podían ir hacia una parte mientras no interfirieran en trabajo. También compraban y hablaban, todo en realidad bastante normal
- Vamos, el desayuno está listo- grito el cocinero, saliendo un poco contento de poder servirles en persona
Luz levantó la cabeza tan pronto escucho la palabra desayuno. Su estómago rugía con fiereza y clamaba comida, por lo cual la castaña no dudo en ningún momento en tirarse a la bandeja. El brusco movimiento hizo que Shuu saliera despedida por los aires hacia la pared cercana, sin poder apenas aletear por la poca reacción que tuvo. Ella sin embargo no se molestó, volando lentamente hasta la mesa también y la bandeja, sentándose en una esquina de esta que le hizo de silla. Las tres terminaron pronto y se dispusieron a bajar, en busca de entrar al tren
Este no tardó en llegar frente a ellas. Como si de pronto se hubiera despertado, Luz se puso a hablar animadamente con el revisor, sonriendo y jugando, en casi todo el trayecto, con Shuu al escondite, aprovechando que todo el tren estaba prácticamente vacío menos los vagones de dormitoriosTailandia: 5 Enero, 10:59 am
La árida arena de campo inundó la vista al bajar del tren. Apenas sabiendo donde estaba, la rubia miro a su alrededor esperando haberse equivocado, pero sin duda esa era la localización de su misión. Sin faltar más tiempo las tres avanzaron por la tierra, sin importar pisarla, hasta el pueblo. Pronto avistaron en la entrada a una persona, que les guió a una señorial casa amarilla. En el porche de esta, postrado como si fuera una cama, un anciano los recibió un poco, dejando a sus pies una cesta y un rosario
- Nuestro Dios está enfadado con los cazadores, ofrecerle está ofrenda y rezadle por nosotros
No supieron si decir algo. Cristina intento acallar entonces cualquier cosa que Luz dijera y asintió, haciendo que tomará las cosas. Ella le hizo caso, sin saber muy bien por que, y juntas siguieron el sendero a la montaña, hasta perderse de vista
- ¿Por que les hacemos caso?- pregunto Luz, suspirando
- Han dicho que ya han venido, vamos a ver quienLa castaña se quedó más extrañada por las palabras de su compañera. Sin embargo asintió rápidamente y le siguió hasta el altar del dios, en una zona casi destruida. Sin embargo ambas fijaron su atención en el papel del suelo, que Shuu confirmó que era de sello
- ¿Crees que habrán pasado por aquí?
- Es lo más probable, si no el señor de aquí no hubiera dicho cazador, ya que sólo se va por separadoShuu grito asustada de pronto. Aún que la castaña intento tomar lo más rápido posible su arma, está no pudo evitar ver la sombra que se abalanzó sobre ellas, asustando y petrificando un poco a las chicas mientras intentaban retroceder hacia el altar. Antes de que lo tocarán, otra gran sombra las acorraló, dejándolas algo aprisionadas y, momentáneamente, en el suelo