Capítulo Cinco - El cumplido

9.3K 262 5
                                    

Nuevamente estaba frente aquella gran personalidad que cautivaba las miradas de todos y todas, aquella persona respetable que no podía pasar ninguna persona por alto, el Director Sabínez, yo una vez más sin habla, aún no comprendía nada, pero ya no me sorprendía mi nivel de silencio, estaba volviendome experto en no hablar, y que alguien más dijera lo que yo debía hacer, incluso si alguien me decía vuelvete a quitar la ropa, creo que lo haría sin problemas.

Yo y mi silencio esperamos a que Diego quitara esa sonrisa burlona y comenzara a hablar, cinco segundos después Diego abrió por fin la boca y dijo: ya he negociado con este jóven para que no pise detención y mejor haga algo más productivo todo el día que estar esperando su hora de salida en una silla, irá al campo de futbol a limpiar la basura y después de eso que vuelva a clases, el director Sabínez preguntó si era necesario alguna de las dos, porque no simplemente si era inocente del robo se iba a clases, Diego alzó la voz y en algo muy parecido a un grito dijo: "No" y luego continuó "No, es decir, así sus compañeros aprenderán que sus conductas no pasarán por alto, y sirve que Eduardo nos ayuda para que el campo quede limpio para las vacaciones", el director dijo que si yo estaba de acuerdo él no tenía ningún problema.

Yo mudo completamente seguí a Diego al salir de la dirección y cuando terminamos de cruzar la puerta y la había cerrado, me dijo con voz suave, pero fuerte: "No me lo agradezcas".

Los dos nos dirigimos al campo de futbol y cuando llegamos no había nadie, Diego me comentó que no era demasiada la basura así que me iba a dejar solo para que hiciera mi trabajo en lo que el iba por su equipo y su ropa deportiva, Diego se retiro del área y yo inmóvil, fue entonces cuando por fín solté un grito desde mi interior, estaba molesto, apesar de todo lo que había pasado en el día, haber sido acusado de ladrón, haber sido desnudado y visitado la dirección dos veces en un día, ahora tenía que limpiar el campo, y fue en ese momento cuando caí en la cuenta que Diego realmente nunca me ayudó, simplemente vió la oportunidad de tener a alguien que hiciera su trabajo, así que me dispuse a irme del lugar, me alejé del campo y cuando dí la vuelta para ingresar al área de salones ahí estaba él y los otros dos tipos del baño, él sonreía y se burlaba, de manera muy hermosa por cierto, pero se estaba burlando de mi, de como había logrado usarme para limpiar el terreno de juego.

Exploté por dentro y por fuera, caminé hacia ellos y les dije, como puedes ser así Diego, le dí un empujón que casi lo tira, no es que yo sea muy fuerte, si voy al gym y hago ejercicio, pero en esta ocación fue el coraje almacenado el que me hizo reaccionar así, así que volví a empujarlo nuevamente, esta vez con más fuerza, el solo sonrío y eso me enfureció más, mientras que sus amigos me tomaron por ambos lados los brazos, uno de cada lado, Diego solo se sacudió la ropa, se acercó y me dijo, ya estás comprometido ante el director para limpiar el campo de juego, así que quiero que lo limpies lo antes posible para que te retires del área si no te gusta demasiado estar por estos rumbos, se giró y dijo entre diente "niño con nalguita bonitas".

En ese instante me quede sin palabras, no sabía si enojarme aún más por su comentario o sonrojarme por el cumplido. Es que Diego tenía ese encanto, podía decir cosas para insultarte y aún así tenía un toque que te hacía sonreir y sentirte alagado.

 Es que Diego tenía ese encanto, podía decir cosas para insultarte y aún así tenía un toque que te hacía sonreir y sentirte alagado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El baño de HombresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora