Que buen comienzo.

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Semanas después.

Me tardé unas semanas más para saber los nombres de esos dos compañeros, mientras llamaban la lista, escuchaba detenidamente, pero de igual forma, no podía girarme para mirarles y ver cuando levantan la mano, estaban a dos sillas de distancia.

Se llaman Jacob y Mateo. Como se sentaban más atrás que yo era difícil mirarles pero aún así lo hacía de vez en cuando y a la hora del recreo si podía girarme a verles, con el que mejor me llevaba era Jacob, es divertido y tiene buen sentido del humor, en cambio Mateo, es más serio y misterioso, también se ríe pero más para sí mismo. Me llama mucho la atención.

Siempre llegaba temprano a clases, cuando aún casi nadie llegaba, pero Mateo llegaba aún más temprano, luego llegaba yo, después Jacob y nos poníamos a hablar un poco ya que era corta la hora y llegaba el profesor.

No siempre hablábamos porque prefiero estar callada al principio y no hablar demás, suelo ser muy charlatana, hablo y hablo y me río, pero aún no quiero que vean que no soy muy callada como parezco.

Inocencia pura #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora