~ Capítulo 6. ~

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_Abigail.

La noche llego más rápido de lo normal, estaba en la habitación acostada en la cama y mirando el techo, lo que hacia últimamente, pues la servidumbre limpiaba cada parte de la casa, lavaba, planchaba y cocinaba.

La puerta se abrió y Leonardo entró como si nada.-¿que no te enseñaron a tocar?-

Él cerró las cortinas y encendió la luz.-no tengo que pedir permiso, esta es mi casa.-

-hum.-me levanté de la cama y me alejé de la misma.

-¿a donde vas?-

-al baño, ¿quieres ir?-pregunte mientras tomaba mi ropa y entraba al baño.

♦♦♦

Me puse la ropa, seque mi cabello, y al terminar, solo lo cepille.

Sali del baño y mire por toda la habitación, encontrandome con Leonardo acostado en el suelo.

Me acerque a él y me di cuenta que ya estaba dormido, debo admitir que se ve lindo mientras está así.

Demonios Abigail, ¿ en que cosas estas pensando? Él es tu enemigo, y estas viviendo con el solo por que tus padres te obligaron, tú no sientes nada por él.

Apage la luz y me acosté en la cama, quedando dormida de inmediato, lo cual agradezco, porque esos pensamientos sobre Leonardo son estúpidos.

—Leonardo.

Al dar las 11 de la noche decidi subir a la habitación para dormir. Entre encontrandome con Abigail, quien al verme me miro mal.

-¿que no te enseñaron a tocar?-reprochó molesta.

-no tengo que pedir permiso, esta es mi casa.-hable mientras cerraba las cortinas y encendía la luz.

-hum.-

-¿a donde vas?-

-al baño, ¿quieres ir?-sonreí divertido, creo que se enojo.

Me cambie de ropa para dormir y acomode las cobijas en el suelo, aún pienso en no compartir la cama con ella.

Al acostarme solo escuchaba el agua caer, era agradable y extraño. ¿Cómo será vivir realmente con esta chica?

♦♦♦

Me desperté mirando el reloj que estaba en la mesa de noche, el cual marcaba las 4 de la mañana, busque mi celular debajo de mi almohada pero no estaba, ahí recorde que lo habia dejado abajo en el sillón, tuve que levantarme y salir de la habitación.

El llegar a la sala busque mi celular y me quede un rato leyendo mis mensajes.

Mañana tienes que venir a las 8 de la mañana.

-¿qué estás haciendo?-di un pequeño salto al escuchar su voz tras de mi.

Me voltie para mirarla.-me asustaste.-

Aquel short de tela, y esa blusa de tirantes llamó mi atención, se ve realmente linda. Mierda que pensamientos tan estúpidos.

-tú no estas tan guapo que digamos.-

-no hablo de eso, me asustaste, estaba concentrado en esto.-le mostré mi celular.

-asi has de tener la conciencia.-hablo dirigiéndose  a la cocina.

Caminé tras ella.-graciosa. Es más, ¿qué haces levantada a esta hora?-al estar las luces apagadas y la casa a oscuras, termine chocando con la puerta.

-jajaja.-la escuche reírse por primera vez, dándome cuenta de que hasta su risa era hermosa.

Entre a la cocina, (sin chocar con la puerta) y encendí la luz.

-no me has contestado.-dije más adolorido que curiso.

-solo vine por agua.-

-que bien.-ambos nos miramos, ninguno aparto la mirada.

Ella alejó el vaso de agua y me miró con una sonrisa.-¿que me ves?-

Creo que debemos comenzar a romper con la tensión que se forma en nosotros.

Sonreí ampliamente.-te ves sexy con short.-dije haciéndola sonrojara, se acerco lentamente a mi enojada, cada paso que daba hacia delante yo lo daba hacia atrás.

Salimos de la cocina pero esta vez corrí a las escaleras.

-hey Leonardo.-me di la vuelta para mirarla, pero en cambio, recibí un golpe con el cojín del sillón.

-auch.-me sobe la cara y le avente el cojín de nuevo, pero ella lo esquivo.

-eres un pervertido.-

-¿por que? Solo te dije la verdad.-respondí con una sonrisa.

-hay ya cállate.-hablo molesta y sonrojada, me reí ante su actitud infantil y subí las escaleras, pero me detuve de golpe.

-no se te olvide tomar el agua.-

Sonreí al escucharla quejarse, será divertido si el hielo termina de romperse por completo.

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MI ENEMIGO, MI ESPOSO. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora