_Abigail.
La noche llego más rápido de lo normal, estaba en la habitación acostada en la cama y mirando el techo, lo que hacia últimamente, pues la servidumbre limpiaba cada parte de la casa, lavaba, planchaba y cocinaba.
La puerta se abrió y Leonardo entró como si nada.-¿que no te enseñaron a tocar?-
Él cerró las cortinas y encendió la luz.-no tengo que pedir permiso, esta es mi casa.-
-hum.-me levanté de la cama y me alejé de la misma.
-¿a donde vas?-
-al baño, ¿quieres ir?-pregunte mientras tomaba mi ropa y entraba al baño.
♦♦♦
Me puse la ropa, seque mi cabello, y al terminar, solo lo cepille.
Sali del baño y mire por toda la habitación, encontrandome con Leonardo acostado en el suelo.
Me acerque a él y me di cuenta que ya estaba dormido, debo admitir que se ve lindo mientras está así.
Demonios Abigail, ¿ en que cosas estas pensando? Él es tu enemigo, y estas viviendo con el solo por que tus padres te obligaron, tú no sientes nada por él.
Apage la luz y me acosté en la cama, quedando dormida de inmediato, lo cual agradezco, porque esos pensamientos sobre Leonardo son estúpidos.
—Leonardo.
Al dar las 11 de la noche decidi subir a la habitación para dormir. Entre encontrandome con Abigail, quien al verme me miro mal.
-¿que no te enseñaron a tocar?-reprochó molesta.
-no tengo que pedir permiso, esta es mi casa.-hable mientras cerraba las cortinas y encendía la luz.
-hum.-
-¿a donde vas?-
-al baño, ¿quieres ir?-sonreí divertido, creo que se enojo.
Me cambie de ropa para dormir y acomode las cobijas en el suelo, aún pienso en no compartir la cama con ella.
Al acostarme solo escuchaba el agua caer, era agradable y extraño. ¿Cómo será vivir realmente con esta chica?
♦♦♦
Me desperté mirando el reloj que estaba en la mesa de noche, el cual marcaba las 4 de la mañana, busque mi celular debajo de mi almohada pero no estaba, ahí recorde que lo habia dejado abajo en el sillón, tuve que levantarme y salir de la habitación.
El llegar a la sala busque mi celular y me quede un rato leyendo mis mensajes.
Mañana tienes que venir a las 8 de la mañana.
-¿qué estás haciendo?-di un pequeño salto al escuchar su voz tras de mi.
Me voltie para mirarla.-me asustaste.-
Aquel short de tela, y esa blusa de tirantes llamó mi atención, se ve realmente linda. Mierda que pensamientos tan estúpidos.
-tú no estas tan guapo que digamos.-
-no hablo de eso, me asustaste, estaba concentrado en esto.-le mostré mi celular.
-asi has de tener la conciencia.-hablo dirigiéndose a la cocina.
Caminé tras ella.-graciosa. Es más, ¿qué haces levantada a esta hora?-al estar las luces apagadas y la casa a oscuras, termine chocando con la puerta.
-jajaja.-la escuche reírse por primera vez, dándome cuenta de que hasta su risa era hermosa.
Entre a la cocina, (sin chocar con la puerta) y encendí la luz.
-no me has contestado.-dije más adolorido que curiso.
-solo vine por agua.-
-que bien.-ambos nos miramos, ninguno aparto la mirada.
Ella alejó el vaso de agua y me miró con una sonrisa.-¿que me ves?-
Creo que debemos comenzar a romper con la tensión que se forma en nosotros.
Sonreí ampliamente.-te ves sexy con short.-dije haciéndola sonrojara, se acerco lentamente a mi enojada, cada paso que daba hacia delante yo lo daba hacia atrás.
Salimos de la cocina pero esta vez corrí a las escaleras.
-hey Leonardo.-me di la vuelta para mirarla, pero en cambio, recibí un golpe con el cojín del sillón.
-auch.-me sobe la cara y le avente el cojín de nuevo, pero ella lo esquivo.
-eres un pervertido.-
-¿por que? Solo te dije la verdad.-respondí con una sonrisa.
-hay ya cállate.-hablo molesta y sonrojada, me reí ante su actitud infantil y subí las escaleras, pero me detuve de golpe.
-no se te olvide tomar el agua.-
Sonreí al escucharla quejarse, será divertido si el hielo termina de romperse por completo.
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MI ENEMIGO, MI ESPOSO. (EDITANDO)
RomanceJamás me imaginé que mi vida cambiaría a este grado, sólo éramos dos conocidos por nuestros padres, pero en verdad somos dos completos desconocidos. Mi enemigo, mi esposo. (1er libro.) Deseos de amar. (2do libro.) Viviendo sin mamá. (3er libro.)