Capítulo 8

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A la mañana siguiente me levanté a la misma hora de siempre, me dirigí a mi closet decidí tomar esto:http://www.polyvore.com/cgi/set?id=66059351 más una toalla y caminé hasta el baño, prendí la ducha y comencé a desvestirme, una vez que el agua estuvo lista entré, cuando salí me sequé y me cambié, peine mi cabello atándolo con un rodete, maquillé un poco mis ojos y salí. Fui hasta la cocina y me sorprendí verlo levantado y sentado en la mesa con dos tazas de café.

-          Buenos días – me sonrió –

-          Buenos días James – lo miré extrañada –

-          No me mires así y siéntate, te hice un café – rió –

-          Gracias – me senté y tomé la pequeña taza – ¿por qué estás levantado? – pregunté con curiosidad ya que el siempre se levantaba media hora después que yo –

-          No podía dormir – hizo una mueca –

Tenía muchas ganas de preguntarle por qué pero mi voz interior me decía que no, que debo ser más fuerte y no caer ante la dulzura de sus hermosos ojos, tenía que ser algo fría con él si es que quiero dejar de sentir cosas por él. Pero por más que mi cabeza no me lo permitiera mi corazón ganó.

-          ¿Puedo saber por qué? - ¿a caso no puedo contenerme? –

-          Tiene que ver con lo de ayer, ¿sigues enojada? – preguntó mirándome –

-          No – no estaba enojada si no desilusionada –

-          En serio lo lamento – bajó su mirada – y quiero que quede claro que yo sí cambié, cambié gracias a… - se quedó callado –

-          A… - mencioné para que el continuara –

-          Hola chicos – saludó Kendall sonriente mientras entraba a la cocina –

-          Hola – dijimos al unísono –

-         ¿Para mí no hay café? – rió –

-         Ahora te hago uno – le sonreí –

-         Gracias linda – se sentó junto a James –

Ambos se pusieron a hablar mientras yo le preparaba el café, de repente se quedaron callados, me pareció raro…sin darme vuelta moví un poco mi cabeza y con mi mirada periférica pude notar que Kendall le hacía señas, terminé el café y me di vuelta haciendo que Kendall se quedara quito, me acerqué a él con una mirada rara y le entregué su café.

-          Bueno, me iré a cambiar – mencionó James levantándose y yéndose de la cocina –

-          Entonces… - dijo mirándome atentamente - ¿qué pasó ayer?

-          Nada – mencioné cortante, no quería reproducir ese momento –

-          Eso quiere decir que pasó todo. Sabes que puedes contarme – tomó un poco de su café –

-          Me pidió disculpas por lo sucedido ¿sí? – lo miré fijamente –

-          ¿Segura que nada más? – levantó una de sus cejas –

-          Además de admitir que estaba con esa chica solo para “usarla” en ya sabes qué…no, nada más – dije fingiendo una sonrisa –

-          Te dije que era un idiota pero…ahora te digo que el ya no es así. – dijo seguro –

-          No sé si creerle Kendall – suspiré – de todos modos no me importa, él no está interesado en mí – me paré de la silla y noté que él soltó una pequeña risita – ¿de qué te ríes? – cuestioné confundida –

-          De nada, ya te lo dije un millón de veces, ¿por qué no le dices que estás enamorada de él? – me miró negando con la cabeza –

-          Y yo ya te dije que él me ve sólo como una amiga y eso, lo comprobé ayer. – hice una mueca – así que será mejor que no piense más en él.

-          ____ ¿qué tal si te equivocas? – sonrió –

-          Sé que no es así  – pronuncié totalmente segura – él me lo ha dejado claro.

-          Como digas – rodeó sus ojos y yo bufé –

-          Ya me voy – caminé fuera de la cocina –

-          ¿No lo esperarás? – escuché que preguntó –

-          No. – le grite saliendo de la casa –

No me gustaba la idea de tener que alejarme de él pero era lo mejor que podía hacer o ¿no? No quiero salir lastimada así que, está decidido. Cuando llegué al trabajo me puse el delantal y saludé a Walter, mi jefe, en verdad él era muy simpático a diferencia de todos los jefes amargados, él siempre nos decía que él era como un trabajador más, entablábamos una conversación cuando James entró algo apresurado, se le había hecho tarde unos cinco minutos, a lo cual Walter y yo  negamos con la cabeza al mismo tiempo, él solo nos dio una sonrisa tímida, no creo que le afecte la llegada tarde ya que era la primera vez que se retrasa. Una vez que James se colocó su delantal ambos abrimos la tienda y comenzamos nuestro trabajo.

Ya eran las nueve menos diez, diez minutos más y a regresar a casa, ya no aguantaba más. Hoy se había llenado de gente, era obvio ya que las fiestas se acercaban. Los apreciados diez minutos pasaron con rapidez y ya me encontraba en el baño de mujeres, desarmé mi rodete despeinado y volví a armarlo, cuando terminé tomé mis cosas y salí, tan solo pude ver a Walter.

-          Ya me voy Walter – dije acercándome a él –

-          ¿Aún no te fuiste? – me miró sorprendido – Le acabo de decir a James que ya te habías ido – rió –

-          No, estaba en el baño, pero no te preocupes, sé llegar sola a mi casa – bromeé –

-          De seguro lo alcanzas, no salió hace mucho.

-          Claro.

Mencioné sonriendo falsamente, sinceramente no quería encontrarme con él, porque sabría que todo el camino sería una tortura, él casi nunca me hablaba y eso hacía que yo siempre saque tema de conversación, se me había hecho costumbre pero luego comenzó a ponerme nerviosa ya que lo único que quería decirle es que él me gustaba. Salí de la tienda y apenas di unos diez pasos al subir mi rostro al frente pude notar a dos personas besándose…también pude notar que una de ellas era James y sorpresivamente la otra era… ¿cómo se llamaba? Char… ¡Charlotte! Sí, eran ellos, me había quedado estupefacta parada sin mover un músculo, cuando vi que las manos de la chica se dirigieron al trasero de James giré rápidamente mi cabeza y comencé a caminar rápidamente, no quería que me vean y menos con mis ojos aguados…estaba apunto de llorar, en verdad me dolía y más que nada porque el juraba haber “cambiado” pero por lo visto él seguía siendo el mismo idiota de siempre y yo como tonta me creía sus palabras, todo este tiempo estuvo… ¿actuando? Como sea, a veces me pregunto ¿dónde quedó ese supuesto James enamorado? Creo que nunca existió. Y ahora es cuando me arrepiento de haberle hecho caso a Kendall, me arrepiento de haberle dado mi amistad y confianza, temía que algo así pasara y pasó.

Dreamer | James Maslow |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora