Dreamer | James Maslow |

Capítulo 2

La noche ya había caído y con ella el frío también, Kendall intentó prender la estufa que había en el medio de la sala pero él es tan inútil con esas cosas que terminé haciéndolo yo. Hoy le tocaba a él hacer la cena, así que mientras la preparaba yo estaba sentada en la mesa leyendo una revista.

-          ¿Cuándo dices que él vendrá? – mencioné bajando la revista de mi cara –

-          Amm – no dijo más ya que el timbre lo interrumpió –

-          Yo no pienso atenderlo – mencioné de mala manera y seguí leyendo la revista –

-          Está bien, yo iré – sentí que bufó –

No quería parecer interesada y tampoco lo estaba, pero tenía curiosidad de saber cómo era él físicamente, disimuladamente me paré de la silla y me acomodé detrás de la pared que separaba la cocina de la sala, aún tenía la revista frente a mi rostro pero mis oídos estaban atentos…Escuché el ruido de la puerta principal y seguido una voz masculina, era seguro que era él, comenzó a hablar con Kendall y  su voz se me hizo conocida, como si ya la hubiese escuchado antes…pero, ¿Dónde? Me quedé estancada pensando y no me di cuenta que ambos chicos ya se encontraban frente a mí.

-          ¿Qué haces ____? – oí que Kendall reía –

-          Nada, leo – respondí sin importancia sin sacar la revista de mi cara –

-          Pues, deja de leer, te quiero presentar a alguien – sentí cómo con su mano iba bajando la revista de mi rostro –

-          ¡Hola! – mencionó con una hermosa sonrisa el chico castaño que estaba al lado de Kendall –

-          ¿Tú? ¿Tú eres el famoso James Maslow? – cuestioné a penas lo reconocí, ya sabía de donde se me hacía conocido –

-          Sí, el mismo que viste y calza – rió levemente –

-          Entonces ahora ya está confirmado, eres un completo idiota – vi que su sonrisa se borró  y me volví a sentar en la silla –

-          ¿A qué te refieres? – escuché que preguntó detrás de mí –

-          A nada, no se refiere a nada – Kendall se interpuso con una risita nerviosa –

-          ¿A caso no me recuerdas? – giré a verlo –

-          Creo que no… – susurró con una expresión pensativa –

-          Hoy a la mañana, la cafetería, hiciste que derrame tu café, me llamaste estúpida frente a toda la gente & mi jefe, casi haces que me echen, pero claro, no lo recuerdas – volví a girar mi cuerpo dándole la espalda –

-          ¿Eras tú?

-          ¿Era él? –Kendall reía sin parar –

-          No es gracioso – volví a voltear para mirarlo de mala manera –

-          Lo…siento, es que no tuve un buen día – noté que sus mejillas se ponían coloradas –

-          Y por eso llamas “estúpidas” a las personas ¿no? – dije sarcásticamente –

-          Esperen, debo grabar esto – bromeó – este momento es épico, James pidiendo disculpas y se está sonrojando frente a una chica – reía –

-          ¡No es gracioso! – dijimos ambos al unísono –

-          Está bien – paró de reír –