Oye

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Hay veces en las que eres inquisitiva, pacífica y expectante,

cuando eres absoluta,

aunque nada es absoluto,

cuando siento que he llegado a ti,

aunque dudo conocerte por completo.

Consúmame; diosa de tórridos mares,

desvélame las madrugadas de tobillos tibios,

muérdeme la curiosidad de encontrarme con tus ojos,

desbarata tu locura y con ella téjeme un abrigo,

desborda memorias de luz;

de esa luz tan tuya, salamandra juguetona.

No pude saber el momento exacto en el que en medio de la tormenta volví a bailar con el sonido de los truenos y por fin pude voltear a ver el cielo sin parpadear; ni una gota cayó en mis ojos, pero si me cayó la verdad como un rocío de perfume con olor a sierra fría, calorcito turquesa o bálsamo de risa tranquila.


Delirios sonámbulosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora