Una cosa había llevado a otra, el amor, el deseo, la pasión, la química que hacía el tener el cuerpo de su amado Kris pegado al suyo, Ian no pudo soportarlo, necesitaba sentirlo de nuevo, demostrarle cuánto lo había extrañado. Kris estaba aterrado, sabía lo salvaje que llegaba a ser Ian, pero en esta ocasión no fue así. Ian actuó con cuidado, lo llevó a su habitación alzado como una princesa, lo dejó en su cama, y ahí lo hicieron hasta quedar del todo exhaustos.
***
—Kris... ¿estás dormido? —le preguntó. El menor se hallaba recostado en su pecho.
—No —respondió susurrándole.
—¿Estás bien?... ¿Fui muy agresivo? —colocó su mano en la cabeza de Kris y le acarició con suavidad.
—No... No lo fuiste —volvió a responder con un tono suave de voz.
—Entonces, ¿por qué estás tímido conmigo? —Kris al escucharle, levantó un poco su cabeza para observar a Ian.
—Yo, sólo... —se calló por un instante.
—¿Me extrañabas? —le mencionó. Kris no dijo nada por unos segundos.
—Mucho —respondió—. Yo extrañaba besarte, abrazarte, acostarme contigo, todo. Te extrañaba tanto —su mirada observó al vacío por unos instantes. Ian tomó de las manos a Kris para darle un beso a cada una de ellas.
—Yo más, el karma existe, y yo pagué lo que te hice con intereses. Sufrí tanto sin tenerte que pensaba que ya, que ya nada me regresaría las ganas de seguir —Kris le miró. Veía el arrepentimiento en los ojos de Ian, veía lo que le dolía, veía lo caro que había pagado sus malas acciones, veía que el chico del pasado, ese que le sacó tantas lágrimas, se había convertido en uno nuevo, uno que se tomaba las cosas en serio, uno que había madurado.
—Ian —le llamó—. ¿Mío para siempre? —su mano se colocó por encima de la del mayor y la apretujó un poco.
—Para siempre —Ian atrapó su mano con la de Kris y la estrujó un poco—, mi ángel.
—Idiota —le dijo el menor
al oír cómo le había llamado.—Te amo, Kris —le sonrió. Kris se acercó un poco hasta él y le besó.
—Te amo, Ian —las brazos del mayor le atrajeron para poder abrazarle. Una vez más pegó sus labios con los de Ian, y los fundió en un tierno beso.
Kris se sentía completo, Ian se sentía completo. Los dos eran piezas que debían de unirse para formar una sola, y aunque habían tenido momentos en que se separaban, piezas como ellos se unirían de nuevo y se quedarían así para siempre.
GRACIAS POR LEER, VOTAR Y COMENTAR.
CIAO
ESTÁS LEYENDO
Cartas de un Chico Roto (E#1)
Historia Corta"Desde ese día, ya no soy nadie, nada me hace feliz, nada me emociona, nada me da vida, estoy perdido. No hay nadie a quien pueda correr, ni nada que pueda hacer, estoy en ninguna parte, estoy aquí, sin ti" Duología Escenas #1 Créditos de la portada...